Washington- El senador republicano John Cornyn, uno de los nombres que han sonado con más fuerza en los últimos días para ocupar la dirección del FBI tras el polémico despido de James Comey, notificó hoy, martes a la Casa Blanca que no está interesado en el puesto.
“Siempre he considerado el servicio público como un gran privilegio. Cómo puedo servir mejor a mis vecinos tejanos y a mi país ha sido, y continuará siendo, mi guía”, apuntó el senador por Texas en un comunicado.
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Pero Cornyn reconoció que “ahora más que nunca el país necesita un director del FBI independiente y con buenas credenciales”, en alusión a las dudas, incluso dentro de su propio partido, que podría suscitar el nombramiento de un político republicano para el cargo.
“He informado a la Administración de que estoy comprometido a ayudarles a encontrar a esa persona y que la mejor manera en la que puedo seguir sirviendo (al país) es luchando por una agenda conservadora en el Senado de Estados Unidos”, agregó Cornyn.
El presidente, Donald Trump, dijo este fin de semana que espera nominar “rápido” a un nuevo director para el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y precisó que es posible incluso que eso ocurra antes del próximo viernes, cuando partirá hacia Arabia Saudí en su primera gira internacional.
Encontrar un nuevo director del FBI se ha convertido en un tema de crucial importancia para la Casa Blanca, que no ha podido explicar por qué, cómo y cuándo tomó Trump la decisión de despedir la semana pasada a Comey, quien investigaba la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016 y si existió coordinación con la campaña del mandatario.
Este fin de semana, el fiscal general, Jeff Sessions, y su “número dos”, Rod Rosenstein, entrevistaron a ocho candidatos, incluido el propio Cornyn.
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Junto al senador, fueron entrevistados el actual director interino, Andrew McCabe; Frances Townsend, quien fuera asesora de seguridad nacional para George W. Bush; Michael García, juez del Tribunal de Apelaciones de Nueva York y Henry Hudson, juez del distrito este de Virginia.
La lista la completaron Mike Rogers, exagente del FBI y excongresista republicano; Adam Lee, jefe de la oficina del FBI en Richmond (Virginia) y la abogada Alice Fisher, quien trabajó también para Bush en la sección Civil del Departamento de Justicia.