Bajo la consigna “Estamos hartos”, cientos de manifestantes marcharon hoy en diversas ciudades rusas para exhortar al presidente Vladimir Putin que no se presente a reelección.
La manifestación central en Moscú se desarrolló pacíficamente a pesar de no contar con autorización. Cientos de personas se desplazaron de un parque a un edificio cercano del gobierno para presentar cartas en las que pedían a Putin que desistiera de presentarse en 2018.
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Pero en San Petersburgo, periodistas de The , Associated Press presenciaron decenas de arrestos. El grupo OVD-Info, que monitorea la represión política, informó de 20 arrestos en Tula, 14 en Kemerovo y más en otras localidades.
Putin no ha dicho si tiene el plan de postularse a reelección.
Domina la política rusa desde que llegó a la presidencia en la víspera de Año Nuevo de 1999 tras la renuncia de Boris Yeltsin. Cuando los límites constitucionales lo obligaron a dejar el Kremlin, fue primer ministro en 2008-2012 y siguió siendo el hombre fuerte de Rusia.
Las protestas nacionales del 26 de marzo aparentemente consternaron al Kremlin dada su magnitud inusual. La presencia mayoritaria de jóvenes desmiente la idea de que la generación que creció bajo el autoritarismo de Putin se había vuelto apolítica o descorazonada.
Las manifestaciones del sábado, aunque mucho menores, indicaron que las fuerzas marginadas de la oposición seguirán presionando.
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Las manifestaciones fueron convocadas por Rusia Abierta, una organización fundada por el magnate petrolero Mijail Jodorkovsky, un opositor al Kremlin que pasó 10 años preso por evasión fiscal y fraude que según sus partidarios son falsas y motivadas por razones políticas. Indultado en 2013, Jodorkovsky partió de Rusia y refundó Rusia Abierta con sede en Gran Bretaña.
El miércoles, el procurador general ruso proscribió a Rusia Abierta por ser una organización extranjera indeseable. Pero la rama de Moscú dice que es una organización distinta y no sujeta a la proscripción.