General Motors frenó sus operaciones en Venezuela después de que las autoridades tomaron el control de una planta, una decisión que de acuerdo con la automotriz estadounidense, es un embargo judicial ilegal de sus activos, informó la empresa el jueves. La planta fue confiscada el miércoles mientras los manifestantes que protestaban contra el gobierno se enfrentaban con las autoridades en un país que repleto de problemas económicos como la escasez de alimentos e inflación de tres dígitos. El fabricante de automóviles de Detroit dijo en un comunicado que otros activos —como los vehículos— fueron retirados de la planta, causando daño irreparable a la empresa. GM dijo que la planta fue tomada sin tomar en cuenta su derecho al debido proceso. La compañía agregó que se defenderá legalmente y que confía en que la justicia prevalecerá. GM tiene alrededor de 2.700 trabajadores en Venezuela, donde ha sido líder del mercado por más de 35 años.