El venezolano Roberto Enríquez, presidente electo del Partido Socialcristiano (COPEI) y vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), ingresó el miércoles a la residencia del embajador de Chile en Caracas y se le otorgó “la calidad de huésped”, informó el ministerio de Relaciones Exteriores chileno.
“El señor Enríquez ha solicitado la protección de Chile fundado en diversas circunstancias políticas. Nuestro país actuará en esta materia de acuerdo con los principios jurídicos y humanitarios que inspiran su política exterior”, acotó escuetamente la cancillería chilena en su portal en internet.
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La solicitud de “protección” estaría vinculada a la detención la semana pasada del dirigente del partido socialcristiano, Eduardo Betancourt.
En medio de las tensiones generadas por el conflicto entre los poderes en Venezuela, Rogelio Díaz, vicepresidente de comunicaciones de esa organización, confirmó el lunes pasado a la AP que Betancourt era procesado por los delitos de rebelión e instigación a la rebelión.
Enríquez estaba desaparecido desde la noche del 2 de abril, añadió. Versiones de prensa señalaban que los cuerpos de seguridad probablemente habrían detenido al dirigente por el mismo caso que a Betancourt.
Las autoridades no han informado hasta el momento sobre esos casos.
Funcionarios de la embajada de Chile en la capital venezolana no estuvieron disponibles de inmediato para un comentario.
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La tensión política en Venezuela fue avivada la semana pasada por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia —visto como controlado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro— de asumir los poderes del Congreso y limitar la inmunidad de los legisladores.
Pese a que el dictamen fue revertido dos días después, las tensiones en este país profundamente dividido por la política no se disipan y amenazan con agudizar la crisis.
El polémico dictamen llevó a algunos gobiernos como los de Chile y Perú a retirar a sus embajadores.