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Cena de viejos compadres en la Casa Blanca

El exdueño del certamen Miss Universo se encuentra viviendo solo en Washington ya que su esposa Melania continúa en Nueva York.

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WASHINGTON – Phil Ruffin, un multimillonario dueño de un casino de Las Vegas, nunca estuvo en la Casa Blanca. Pero la visitará hoy jueves por la noche para una cena íntima con un viejo compinche, Donald Trump.

“Es un trabajo muy solitario el suyo”, comentó Ruffin aludiendo a la presidencia. “Somos amigos desde hace tiempo. Será lindo ponernos al día con nuestras cosas”.

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Trump viene de unas semanas duras, en las que sus correligionarios republicanos hundieron un plan de salud apoyado por la Casa Blancas, continuaron las suspicacias sobre una posible conexión entre su campaña y la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales, y hubo disputas entre algunos de sus colaboradores.

En otras palabras, al presidente probablemente le venga bien una charla con un buen amigo.

Trump está viviendo solo en la Casa Blanca ya que su esposa permanece en Nueva York, donde su hijo va a la escuela. Y es un recién llegado a Washington, donde tiene pocos aliados, incluso de su propio partido, y un círculo de amigos reducido.

Pocos conocen tan bien a Trump como Ruffin, quien habló de la amistad entre ambos en dos entrevistas recientes con la Associated Press. Son socios en algunos negocios y entablaron una buena amistad. Les gusta hablar sobre los aviones de sus empresas, golf y los negocios que hacen sus conocidos… las cosas de las que hablan los súper ricos, según Ruffin.

“Es alguien que quiere escuchar la opinión de todos. Llama a la gente y le pregunta ‘¿qué piensas de esto?, ¿qué opinas de aquello?”’, comentó Ruffin durante una charla en Treasure Island, su casino. “Luego lo analiza todo y toma una decisión”.

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A ambos les encantan los superlativos. Ruffin dice que Trump es un individuo “brillante”, con “una visión empresarial sin paralelos”. Muestra una foto de ambos en un jet privado con una nota de Trump a Ruffin que dice, “eres el más grande”.

Los dos se conocieron cuando Ruffin fue a la Trump Tower de Nueva York a comienzos del 2000 para hablar de la posibilidad de abrir un hotel Trump en su casino. El negocio no prosperó, pero los dos se mantuvieron en contacto.

Una noche en Las Vegas, después de cenar, Ruffin llevó a Trump a una playa de estacionamiento de la tienda por departamentos Nordstrom y le dijo: “Aquí deberías estar tú”, según cuenta. “Lo decidió allí mismo”.

El Trump International Hotel Las Vegas abrió en el 2008 y Trump se vio en la difícil tarea de vender condominios al comienzo de una severa recesión.

Hubiera podido declararse en bancarrota, pero Trump decidió “capear el temporal”, afirmó Ruffin.

“Donald dijo, ‘esto no es Nueva Jersey, no es Atlantic City; es Las Vegas y se recuperará”’, expresó Ruffin. “Y lo hizo”. Pero no han podido vender más de 300 unidades.

Ruffin es propietario de un terreno pegado al edificio de Trump y dice que le gustaría hacer algo allí “en algún momento” con la Trump Organization, que maneja los negocios de Trump.

La revista Forbes dijo que Ruffin quiere abrir un casino allí, pero el magnate asegura que todavía no ha hablado de eso con la Trump Organization, que ahora manejan los hijos de Trump Eric y Donald Jr. y el ejecutivo Allen Weisselberg.

Otra posibilidad es revivir un viejo proyecto de construir una segunda torre residencial, aunque Ruffin dice que esa no es la mejor forma de ganar dinero allí.

Durante sus tratos comerciales Ruffin y Trump se hicieron amigos. Ruffin, de 82 años, y Trump, de 70, compartieron muchos momentos cuando no tenían pareja. “Él le daba el visto bueno a mis novias”, cuenta Ruffin.

Sus esposas –ambas inmigrantes de Europa oriental mucho más jóvenes que ellos– son buenas amigas y comparten consejos sobre la crianza de los hijos, indicó Ruffin. Las parejas salen de vez en cuando juntas, como cuando fueron a ver la película “Lincoln” en la Florida.

Trump fue el padrino de bodas de Ruffin cuando este se casó con Oleksandra Nikolayenko en el 2008… en el resort de Trump Mar-a-Lago, en la Florida.

Nikolayenko acompañará a Ruffin a la Casa Blanca, pero la esposa de Trump, Melania, no estará con ellos.

A partir de mediados del 2015 la amistad entre ambos magnates cobró un giro interesante, cuando Trump dijo que se postulaba a la presidencia. Ruffin se preguntó si era lo indicado, pero que cualquier duda que hubiera podido tener se despejó cuando lo acompañó en algunos actos de campaña y observó el “fanatismo” de los partidarios de Trump.

En un acto en Las Vegas poco antes de las elecciones, Trump señaló hacia Ruffin y dijo que era “una gran, gran persona”.

Ruffin aseguró que su paso por Washington es una actividad puramente social. Los dos no se ven desde la asunción de Trump, a la que Ruffin tuvo acceso preferencial.

En esa ocasión, reveló, pagó 18.000 dólares por una noche en el hotel de Trump en Washington. Esta vez la estadía será gratis. En la Casa Blanca.

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