SEÚL, Corea del Sur – La fiscalía de Corea del Sur anunció el lunes su intención de detener a la expresidenta Park Geun-hye por acusaciones de corrupción que provocaron un gran escándalo político y provocaron su salida del poder.
La medida llega después de que los fiscales interrogaran a Park durante 14 horas la semana pasada por sospechas de que conspiró con una confidente, ahora encarcelada, para extorsionar a empresas y de que cometió otras faltas durante su mandato. Una oficina de la fiscalía de Seúl dijo en un comunicado que busca que un tribunal local emita una orden de arresto contra Park. La Corte Central de Distrito de Seúl celebrará una vista el jueves para decidir sobre la petición. Se espera que el tribunal pida a Park que asista a la audiencia y la decisión sobre su futuro podría anunciarse el viernes, según funcionarios judiciales. La detención es el próximo paso antes de que Park pueda ser acusada formalmente por delitos como extorsión, soborno y abuso de poder. En Corea del Sur, solo la condena de soborno podría acarrear una pena de cadena perpetua. Park negó haber cometido delito alguno. Aunque la corte rechace la petición, la fiscalía podría mantener la acusación. Los fiscales apuntaron que los supuestos delitos cometidos por Park son “graves” y que debería estar detenida porque su presunta cómplice, su confidente Choi Soon-sil, y otros sospechosos en el escándalo también fueron arrestados. Analistas políticos señalaron que la detención de Park podría avivar las tensiones y crearía una reacción negativa de sus seguidores conservadores antes de las elecciones de mayo, de las que saldrá su sucesor. Mientras ocupó la presidencia, Park tuvo inmunidad presidencial y se negó a reunirse con los fiscales. La fiscalía acusa a Park de conspirar con Choi y con uno de los principales asesores presidenciales para presionar a 16 grupos empresariales, entre los que está Samsung, para que donasen 77.400 millones de wones (69 millones de dólares) a dos organizaciones sin ánimo de lucro controladas por Choi y que usaba para beneficio personal. Las empresas dijeron a los investigadores que no pudieron negarse porque temían obstáculos empresariales como investigaciones fiscales por parte del estado. El dinero que Samsung entregó a Choi podría considerarse un soborno a Park, según la fiscalía, que también acusó a la expresidenta de conspirar con su confidente y otros altos cargos para elaborar una lista negra de artistas críticos con sus políticas y negarles apoyo financiero estatal. Park se ha disculpado por confiar en Choi, pero dijo que solo le permitió editar algunos de sus discursos presidenciales y que proporcionó ayuda en “relaciones públicas” a la presidencia.