Miami- La necesidad y utilidad de un muro en la frontera con México son puestas en tela de juicio en un informe divulgado hoy que demuestra que desde 2007 son más los inmigrantes que llegan con visas temporales y se quedan definitivamente en el país que los que cruzan la raya fronteriza clandestinamente.
El Centro de Estudios de Migración (CMS en inglés) analiza en su informe el sentido de levantar un muro de 2.000 millas a lo largo de la frontera sur, una de las principales promesas de campaña del hoy presidente Donald Trump.
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También es una de las decisiones del mandatario republicano que más críticas ha suscitado por razones económicas, medioambientales, de relaciones exteriores y de derechos humanos, entre otras.
Donald Kerwin, autor del estudio junto a Robert Warren, señaló hoy a Efe que a todos esos motivos para oponerse al muro el CMS agrega un argumento “contundente” en su informe: que el grueso de los nuevos inmigrantes indocumentados ya no llega cruzando de manera clandestina la frontera, de acuerdo con datos oficiales.
En 2014, señala el informe titulado significativamente “The 2,000 Mile Wall in Search of a Purpose” (El muro de 2.000 millas en busca de objetivo”), casi dos tercios (66 %) de los nuevos inmigrantes ilegales entraron con visas temporales y permanecieron en el país después de su vencimiento o violaron de alguna otra manera las condiciones de sus documentos de entrada.
Ese mismo año, del total de indocumentados que había en el país, el 42 % había entrado legalmente pero después sobrepasó el tiempo de vigencia de sus documentos y se quedó en el país sin permiso.
Kerwin subrayó que “no parece una buena idea” construir un muro para frenar la inmigración ilegal, si la mayoría de los inmigrantes no entran al país por la frontera terrestre con México.
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Según el CMS, esta tendencia, que comenzó en 2007 y que desde entonces se traduce en que los inmigrantes ilegales llegados con visas a EE.UU. superan en 600.000 a los que cruzaron la frontera ilegalmente, va a seguir afianzándose en el futuro predecible.
Un 55 % de la población de inmigrantes indocumentados en EE.UU. proviene de México y los mexicanos son los “número uno” tanto en el cruce fronterizo clandestino como en excederse en la permanencia autorizada por las visas.
El descenso en la llegada de inmigrantes indocumentados mexicanos que se aprecia desde 2005 es un factor clave en la tendencia a la disminución de los cruces fronterizos ilegales, señala el Centro de Estudios de Migración.
Casi la totalidad de los que han seguido cruzando la frontera clandestinamente en los últimos años provienen de seis países: México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.
Y entre ellos ha aumentado el porcentaje de los que provienen del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala).
“Estos inmigrantes huyen de la violencia, la persecución y pobreza persistentes en la zona y un gran número de ellos no trata de evitar la detención, sino que se presentan voluntariamente ante los agentes fronterizos y piden asilo político. Muchos de ellos son refugiados de facto”, dice el informe.
California es el estado donde más personas se quedaron al expirar sus visas (890.000), seguido de Nueva York (520.000), Texas (475.000) y Florida (435.000).
Kerwin señaló que el propósito del informe es dar respuesta a la pregunta sobre qué sentido tiene levantar un muro en la frontera con México que va a costar mucho tiempo -unos tres años y medio para construirlo- y dinero -unos 21.600 millones de dólares según proyecciones del Departamento de Seguridad Interna (DHS)- y que aparentemente “no va a hacer lo que se supone que debería hacer”.
En cuanto a la “impenetrabilidad” del muro el informe destaca que, de acuerdo con datos oficiales, desde el año fiscal 2010 hasta el año fiscal 2015 ha habido 9.287 cruces en el tramo fronterizo de 645 millas de largo que está ya vallado.
El coautor del informe indicó que parte de la cantidad de dinero que se piensa emplear en el muro se podría utilizar de una manera más eficaz ayudando al desarrollo de los países de los que provienen la mayoría de los inmigrantes indocumentados.
Preguntado por Efe acerca de por qué Trump y su administración siguen apostando a separar físicamente al país de México pese a los argumentos en contra, Kerwin subrayó que el muro está cargado de “simbolismo político” para los seguidores del presidente, que está muy centrado en cumplir sus promesas de campaña.
“Es un símbolo muy poderoso”, agregó el analista, quien también consideró que el proyecto también se mantiene porque “hay empresas privadas que lo promueven”.