WASHINGTON (AP) — Funcionarios de la Casa Blanca defendieron el lunes las explosivas acusaciones por parte del presidente Donald Trump de que Barack Obama ordenó la intervención de sus teléfonos durante la elección del año pasado, aunque no señalan de dónde recibieron dicha información y dejaron abierta la posibilidad de que no sea cierta.
Los comentarios se dieron incluso a pesar de que el director del FBI, James Comey, solicitó en privado al Departamento de Justicia que disputara dicha afirmación, porque creía que las acusaciones eran falsas.
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Al preguntarle sobre si Trump aceptó la postura de Comey, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo al programa “Good Morning America” de ABC. “No creo que lo acepte”.
Sanders y Kellyanne Conway, otra alta asesora, indicaron que el presidente cree firmemente en las acusaciones que lanzó el fin de semana por Twitter. Los asistentes dijeron que cualquier ambigüedad en torno al asunto es una razón adicional para que el Congreso investigue el tema.
“Quisiéramos tener la certeza”, dijo Sanders al programa “Today” de NBC.
Las comisiones de inteligencia del Senado y la Cámara de Representantes, así como el FBI, investigan los contactos entre la campaña de Trump con funcionarios rusos, y si Moscú intentó influenciar la elección presidencial. El domingo, Trump exigió que ampliaran el alcance de su pesquisa para incluir el potencial abuso de poderes ejecutivos por parte de Obama.
Cuestionada sobre el origen de la información de Trump, Sanders respondió que el presidente “podría tener acceso a documentos de los que yo no sé”.
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De igual forma, Conway dijo que “una fuente noticiosa creíble” insinuó que hubo actividad con fines políticos durante la campaña. Pero Conway también recalcó que Trump podría tener acceso a otra información a la que ni ella ni otras personas pueden acceder.
“Es el presidente de Estados Unidos”, dijo Conway a la emisión “Fox & Friends” de Fox News. “Tiene información e inteligencia que el resto de nosotros no tiene”.
Se dice que Trump está frustrado por la incapacidad de sus altos asesores para frenar las acusaciones sobre contactos entre su equipo de campaña y el gobierno ruso.
Para agravar la situación, la semana pasada se reveló que el ex senador federal y actual secretario de Justicia, Jeff Sessions, tuvo un par de reuniones con el embajador ruso, mismas que no reveló a los legisladores que le preguntaron al respecto durante su audiencia de confirmación ante el Senado.