“Si alguien todavía duda que América es un lugar donde todas las cosas son posibles, que todavía se pregunta si los sueños de nuestros fundadores están vivos aun en nuestro tiempo y que todavía cuestiona el poder de nuestra democracia, esta noche es su respuesta”.
Con esas palabras, el presidente Barack Obama comenzó su primer discurso luego de una monumental victoria en las elecciones presidenciales de 2008. Ante miles de personas en el Grant Park en Chicago, hablaba el primer presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos. Anoche, Obama pronunció su discurso de despedida, luego de ocho años de mandato en los que el Congreso de Estados Unidos estuvo dominado gran parte del tiempo por republicanos.
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“Una de las críticas que le hago a la administración de Barack Obama desde bien al principio, desde el momento en que empezó el debate sobre el Obamacare, fue ver cómo los demócratas y el mismo Obama cedían terreno a sus adversarios republicanos y conservadores y dejaban definir los términos del debate a esas personas”, dijo a Metro el analista de política internacional, el profesor José Rivera.
La principal apuesta de Obama durante su administración, el Affordable Care Act (Obamacare), fue aprobado finalmente en el año 2010, aunque no logró el apoyo bipartidista y ha sido fuertemente criticado principalmente por los republicanos.
“El Obamacare es un símbolo de su fracaso en su forma de gobernar”, apuntó Alfonso Aguilar, presidente de la organización Latino Partnership for Conservative Principles.
“Él (Obama) no desarrolló buenas relaciones de trabajo con el Congreso, no solo con los republicanos, pero tampoco con los demócratas. Obamacare es una pieza de gran envergadura. Cuando se han pasado proyectos similares en el pasado, como el Medicaid y el Social Security, se crearon importantes consensos entre republicanos y demócratas para pasarlos”, añadió Aguilar.
Pero desde la otra cara de la moneda, alegan que las deficiencias en el Obamacare fueron el resultado de una falta de cooperación del ala republicana del Congreso, que convirtió la reforma de salud “en una piñata política y puso a tambalear el proceso y lo retrasó bastante”, apuntó José Parra, estratega demócrata y presidente de la firma de consultoría Próspero Latino, con sede en Washington D. C..
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“El presidente Obama le exigió al liderato del Senado que él quería un proyecto de ley bipartidista y una negociación que pudo haberse demorado un mes, seguía pasando el tiempo en negociaciones con los republicanos y todos los días cambiaban de exigencias”, añadió. “Digan lo que digan, nadie puede negar que en este momento más de 6 millones de personas que antes no tenían un seguro de salud y en este momento lo tienen. Antes de la reforma de salud del presidente Obama la causa número uno de bancarrota familiar en los Estados Unidos eran facturas por cuestiones de salud”.
“Apoyaré públicamente un plan de sistema de salud que se demuestre sea mejor que Obamacare”,afirmó Barack Obama en su último mensaje a la nación en clara referencia al pedido de Donald Trump, quien llamó ayer a derogar de forma inmediata el Obamacare.
Por otro lado, en octubre de 2009, Obama fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su “visión de un mundo sin armas nucleares y sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional”. Sin embargo, “una de las que omitió Obama fue asumir el liderato en la formulación de política exterior; por ejemplo, su estrategia de salida de Irak, que fue sumamente precipitada y permitió entonces el vacío de poder que iría a ocupar Estado Islámico”, explicó Rivera, añadiendo que la eliminación de Osama Bin Laden, el acuerdo nuclear con Irán y la apertura de relaciones y el comienzo de las distensiones con Cuba son algunos de los logros “mencionables” que se le pueden adjudicar a Obama.
No obstante, según Parra, “el presidente Obama logró levantar el nombre de los Estados Unidos en la comunidad internacional, que nos vieran como un país que estaba dispuesto a colaborar y ayudar, no a imponer y eso ayuda en muchas áreas”.
Uno de sus mayores desaciertos lo fue la ausencia de una reforma migratoria que atendiera el estatus migratorio de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos, una de sus principales propuestas y lo que le valió el apoyo mayoritario de la comunidad latina apta para votar en la nación estadounidense.
A pesar de que durante sus primeros dos años como presidente contó con el respaldo de una mayoría demócrata tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes del Congreso, la promesa de campaña no se cumplió y con la victoria del ala republicana en el Senado en las elecciones de medio término, dicha reforma quedó oficialmente fuera del panorama político estadounidense.
Pese a sus aciertos y desaciertos, Obama se retira de la Casa Blanca con un nivel de aprobación de 55 % de los ciudadanos, de acuerdo con una encuesta publicada por la cadena CNN.
En términos generales, Parra calificó la administración de Obama como “una muy buena presidencia, sobretodo poniéndolo en el contexto de lo que recibió el cuando se posicionó (como presidente).
Luego de la Gran Depresión de la década de 1930, la crisis financiera de 2008 es la peor registrada en Estados Unidos.
“(Al llegar a la presidencia) el presidente se encuentra con una situación tremenda en la que hay que echar a andar el país. El sector privado estaba completamente de rodillas a raíz de la situación y bancos e industrias colapsando en efecto dominó. Entrar de lleno a esa situación tan compleja y comenzar a implementar soluciones y con una oposición política fuerte a la misma vez, creo que la palabra exitoso se le queda corto”, dijo el estratega demócrata, en referencia a las respuestas de la administración de Obama a la crisis.