El presidente Barack Obama afirmó que lo que se dijo de un Estados Unidos sin problemas raciales después de que él fue elegido en 2008 podría haber sido bien intencionado, pero “nunca fue realista”.
Obama —que tiene 55 años— dijo en su discurso de despedida que ha vivido lo suficiente para saber que las relaciones entre las razas son mejores de lo que eran hace 30 años. Pero indicó que también sabe que “no estamos donde necesitamos estar”.
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Dijo que cada problema económico no puede ser enmarcado como una lucha entre los blancos de clase media que trabajan duro y las minorías indignas, y señaló que abandonar a los hijos de los inmigrantes disminuirá las posibilidades de los niños estadounidenses.
Obama dijo que es necesario que los corazones cambien. Citó al héroe de la novela “To Kill a Mockingbird”, Atticus Finch, que afirmó que, para entender a una persona, ayuda “subirse a su piel y caminar dentro de ella”.
Obama dijo en su discurso de despedida que en 10 días el mundo será testigo de una transferencia pacífica de poder, lo que le granjeó aplausos a pocos días que Donald Trump sea investido.
También aseguró que se comprometió con Trump a que su gobierno se aseguraría de tener la transición más sencilla posible, tal como su predecesor, el presidente George W. Bush, lo hizo con él.
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En un momento dado de su discurso, fue interrumpido por cantos de “Otros cuatro años”.
El mandatario respondió: “No puedo hacer eso”.
El presidente saliente dijo que la política de la nación debe reflejar “la decencia” del pueblo estadounidense.