El presidente sirio, Bashar Assad, aseguró que está preparado para “negociar todo” en las conversaciones que deben comenzar a finales de este mes en Kazajistán, dijo en declaraciones publicadas hoy en las que se presentó como un pacificador después de que sus tropas recuperaran el control de Aleppo el mes pasado.
Sin embargo, las próximas conversaciones —mediadas por Ankara y Moscú— todavía están en duda. Grupos de la oposición siria aún no han confirmado su asistencia.
PUBLICIDAD
En declaraciones a la prensa francesa desde el palacio presidencial en Damasco, Assad defendió también la letal campaña de bombardeos de sus tropas en el este de Aleppo, alegando que la alternativa habría sido dejar a los civiles de la ciudad a merced de “terroristas”, término con el que su gobierno describe a quienes se oponen a su mandato.
Assad cuestionó la credibilidad de los grupos opositores sirios respaldados por Occidente y Arabia Saudí, que constituyen la mayoría de la oposición armada y política a su gobierno.
“No hay límite para las negociaciones”, manifestó Assad en comentarios publicados por medios estatales sirios. “Pero todavía no sabemos quién va a estar del lado. La viabilidad de la conferencia depende de eso”.
Anteriores conversaciones de paz para Siria se estancaron en torno al futuro de Assad y si él debe mantenerse en la presidencia. La oposición insiste en su dimisión como condición previa a cualquier reforma.
Según Assad, el asunto solo podría resolverse a través de un referéndum constitucional.
PUBLICIDAD
“Mi posición está vinculada a la Constitución”, apuntó. “Si quieren discutir este punto, tienen que discutir la constitución. Se necesita un referéndum para cada (enmienda constitucional). Este es uno de los puntos que podrían tratarse en la reunión” de Kazajistán.
Está previsto que las conversaciones comiencen en la capital kazaja, Astana, el 23 de enero. El diálogo llega tras un acercamiento entre Rusia, aliado clave de Assad, y Turquía, principal patrocinador de la oposición, que culminó con un acuerdo de alto el fuego que entró en vigor el 30 de diciembre, pero que ya ha comenzado a erosionarse.
El presidente sirio explicó además que las fuerzas gubernamentales se vieron obligadas “a liberar” Aleppo.
“Y eso a veces tiene un precio, pero al final la gente queda libre de los terroristas”, agregó.
Aleppo, que era la mayor ciudad del país y su corazón industrial, quedó arrasada tras casi seis años de guerra civil. Los rebeldes tomaron el control de los distritos del este en 2012 y los entregaron al gobierno el mes pasado.
Naciones Unidas dijo que la implacable campaña militar del gobierno, que desplazó a decenas de miles de civiles, podría haber violado las leyes de la guerra.