La elección de un cosmético viene motivada por un fragancia sublime, un color llamativo o una textura suaveEstas propiedades se obtienen, en ocasiones, de componentes extraordinarios como la placenta humana o el semen animal, a pesar de que la generalización de productos sintéticos ha remitido su uso.
La placenta que protege al feto durante el embarazo contiene una serie de ácidos y proteínas idóneos para fortalecer el tejido de la piel, así que contribuye a la eliminación de las arrugas y es ideal para tratamientos capilares, según los expertos.
PUBLICIDAD
La urea es otro producto recurrente en los cosméticos: contenida, entre otros, en la orina, se utiliza en la composición de desodorantes, cremas, champús y hasta enjuagues bucales, por sus propiedades ricas en vitaminas para retener el agua.
Sustancias insólitas
¿Y el semen de toro? Aunque no es habitual, algunos tratamientos de peluquería han recurrido al esperma de este animal como sustancia natural para realzar el brillo del cabello; eso sí, mezclado con otros potingues que neutralicen su fuerte olor.
Sin embargo, el dermatólogo Enrique Herrera Acosta advierte de que, detrás de la utilización de estos ingredientes, residen “estrategias de publicidad” encaminadas a vender, más por “el impacto” que produce el origen de los productos que por la calidad real del cosmético.
Lo cierto es que la dermatología se ha aprovechado tradicionalmente de la Naturaleza con el fin de diseñar productos que embellezcan y cuiden la piel.
PUBLICIDAD
Esperma de ballena, rosa mosqueta y aloe vera
Los lípidos (grasas) extraídos del esperma de ballena, por ejemplo, se utilizan en algunas cremas hidratantes, y derivados de plantas como la rosa mosqueta, el aloe vera y el aceite de enebro se emplean en muchas fórmulas.