No, no, no, que NO viene de China, que viene del latín, como explica Corominas, (virus), -i, zumo, ponzoña y su primera documentación en el Diccionario Académico fue en el año 1817.
De hecho, no figura como una entrada, sino que la encontramos bajo VIRUELA. Esta última la definieron aquellos académicos como: “Grano pequeño ponzoñoso que se eleva sobre el cutis, haciendo una puntita que se llena de humor acre, y corrosivo por lo que deja señal profunda…” . Cervantes, en el El Quijote, tomo 2 capítulo 47 hace referencia a ella: “—Digo, pues —dijo el labrador—, que este mi hijo que ha de ser bachiller se enamoró en el mesmo pueblo de una doncella llamada Clara Perlerina, hija de Andrés Perlerino, labrador riquísimo; y este nombre de Perlerines no les viene de abolengo ni otra alcurnia, sino porque todos los deste linaje son perláticos, y por mejorar el nombre los llaman Perlerines. Aunque, si va a decir la verdad, la doncella es como una perla oriental, y mirada por el lado derecho parece una flor del campo: por el izquierdo no tanto, porque le falta aquel ojo, que se le saltó de viruelas;…”. Dejando a Cervantes a un lado, nos fuimos a consultar a Roberts y Pastor para de este modo constatar que esa latina ‘venenum‘, se asocia con la raíz indoeuropea *wen, con sufijos -es-no-, VE-NE-NO. Entre sus derivados encontramos virulento, virulencia…
Mi querido lector de Metro, los virus son organismos ultra pequeñísimos. Miden entre 10 a 500 nanómetros y son de 20 a 100 veces más pequeños que las bacterias. Los virus NO SON considerados seres vivos, pues necesitan estar en una célula para reproducirse. Tú sí eres un ser vivito y coleando de manera que, por favor, QUÉDATE EN TU CASA, para que el COVID-19 no encuentre una en ti.