En el medio de su inocencia e instinto protector de las especies vivas, una pequeña niña descubrió dos colonias de abejas, en California, Estados Unidos. La particularidad de estos pequeños insectos voladores, es que se pensaban extintos en el territorio norteamericano desde hace más de 70 años. En principio, la niña no quiso revelar el sitio donde las halló. Tuvo miedo de que los adultos les fueran a hacer daño, reseñó Daily Mail.
Pero después de que la convencieron, la niña de 4 años accedió a señalar el lugar de las colonias de abejas. Dicen los expertos que publica el portal británico, que estos animales siguen existiendo en Brasil. Sin embargo, a pesar de los cientos de especies similares, estas abejas sin aguijón no tienen un nombre definido. Por lo tanto, sugirieron llamarlas Annika Arnout, por la pequeña que las halló.
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Estas abejas en realidad sí tienen aguijón, solo que las identifican como si no tuviesen, ya que no lo pueden utilizar para defenderse. De hecho, esta habría sido una de las razones por las que se pensaban que ya no existían en los Estados Unidos.
Las abejas sin aguijón en los años 50’s
Estos pequeños insectos voladores son originarios del territorio amazónico de Brasil. Pero hicieron emigrar a una importante población, hacia al menos seis localidades de los Estados Unidos, entre los que destacan Utah y Florida. La intención de ejecutar esta migración, allá por los años de la década de 1950, era para contar con polinizadores alternativos en los campos de frutas y hortalizas.
“Las envió en los años 50 a Gainesville, Florida, Logan, Utah, Davis y Palo Alto. Y dijo que todas las abejas murieron en un año”, dijo Dr. Martin Hauser, experto en biosistemas de insectos.
De esta manera, en aquel entonces se dijo que, en primer lugar, no se lograron adaptar al frío de Utah. Mientras que, en Florida, no fueron capaces de defenderse de otras especies de avispas más agresivas. Sin embargo, el sentido de supervivencia de los animales va mucho más allá y lograron sobrevivir bajo la sombra de todos, incluso la ciencia, durante 70 años. Una historia que tranquilamente pudiera ser adaptable a los clásicos educativos y animados de Disney.
Lo que viene ahora es un arduo trabajo de investigación para determinar si estas abejas son descendientes directas de las que los científicos llevaron en 1950. El proceso de estudios ya inició en laboratorios y en búsquedas de zonas aledañas a donde las llevaron hace 70 años.