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Bocadillos Lingüísticos: ¿SÚPER O SUPER?

La doctora Aida Vergne, profesora universitaria y lingüista, desmenuza las reglas de acentuación en este súper caso. ¿O supercaso?

Para muchas personas, acentuar es como pasar la zarza y el guayacán. Qué fácil sería la vida si no tuviéramos que acentuar palabras escritas, ¿verdad? Fíjese, en la oración anterior hay nada menos que cuatro acentos gráficos. ¡Todo un fastidio! Y para muchos de nuestros niños, un verdadero dolor de cabeza a la hora de memorizar las reglas de acentuación. Porque HAY QUE MEMORIZARLAS, pues son reglas prescriptivas que no figuran en nuestra gramática mental.

El acento se define como “el relieve que en la pronunciación se da a una sílaba de la palabra, distinguiéndola de las demás por una mayor intensidad o por un tono más alto”. Ese acento es en realidad de naturaleza prosódica, o dicho de otra forma, es una propiedad fónica, del habla, de la lengua oral y su naturaleza escrita es secundaria a su naturaleza oral. El acento, se marque o no, se llama acento prosódico porque le pertenece al habla. Es decir, que TODOS LOS ACENTOS SON PROSÓDICOS. Hay lenguas que no lo marcan, como el inglés, y hay otras que lo marcan a veces sí, y a veces no, como el español que tiene un signo en forma de rayita oblicua que llamamos tilde. El acento que marcamos es el acento gráfico u ortográfico (sin dejar de ser prosódico también).

¿Para qué sirve el acento ortográfico? Pues de acuerdo con los entendidos, el acento ortográfico “nos permite reflejar o conocer la acentuación prosódica de cualquier palabra del léxico español sin necesidad de haberla visto escrita o haberla escuchado con anterioridad”. Yo, como casi siempre, opino un poco diferente. Pienso que la aseveración anterior podría ser más pertinente para los hablantes que están aprendiendo a leer español como segunda lengua y no para los hablantes nativos, quienes adquieren los patrones acentuales de su lengua de forma natural. Otros afirman que el acento ortográfico ayuda a evitar ambigüedades y a facilitar la lectura, aunque siempre podemos sustraer el significado del contexto de la oración. Pero nada, sigamos…

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Según las reglas de acentuación, una palabra esdrújula llevará el acento prosódico y, por supuesto el ortográfico, en la antepenúltima sílaba, como en cáscara, máximo, oráculo, etcétera. Una palabra aguda lleva el acento prosódico en la última sílaba como en abril, café, corazón. Se acentuará solo si termina en [n], en [s], o en vocal. Y una palabra llana llevará acento siempre y cuando NO termine ni en [n], ni en [s], ni en vocal. Entonces, cómo se debe escribir la siguiente llana: ¿súper o super?

Pues resulta que [súper-] no siempre es una palabra, sino que puede ser un elemento compositivo o prefijo. Y, [super-] cuando es prefijo es también átono, y según las reglas de ortografía, no debe aparecer separado de la palabra a la que acompaña ni tampoco unido a esta con un guión. La recomendación es que super- debe escribirse pegadito a la palabra que acompaña y SIN ACENTO ORTOGRÁFICO. (superhéroe, superpráctico, superfino). La nueva Ortografía dice que [súper] llevará tilde UNICAMENTE si se emplea como sustantivo que equivale a supermercado (voy al súper) y cuando se utiliza como adverbio o adjetivo pospuesto al sustantivo (Es una idea súper, o Lo pasamos súper en la fiesta). ¿Por qué? Pues porque en estos últimos casos, ya no se trata de un prefijo sino de una palabra llana, con todos sus méritos, y como ni termina en n, ni en s, ni en vocal, la regla dice que hay que acentuar. ¿Qué le parece? ¡Que tenga un jueves súper dúper! ¿O superdúper? ¿O super-duper? Habrá que ver…

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