¡NINGUNO! Levante la mano el que conozca por lo menos a una persona que diga íbanos y veníanos. ¿Todos? Pero por supuesto. Muchas personas alternan el -mos y el -nos. Sepa que íbanos y veníanos son más comunes de lo que piensa, y salen de bocas más educadas de lo que sospecha. Ambas están muy estigmatizadas entre algunos grupos que, al oírlas, se les revuelca el estómago. Incluso juzgan a los hablantes que las usan como personas “brutas”. Nada más apartado de la realidad, además de que, eso de estar juzgando a la gente por cómo habla es feísimo, así que suspenda.
Bien. ¿Qué está ocurriendo? Pues podemos suponer que el hablante confunde el pronombre -nos (de nosotros) con el marcador del verbo -mos que es SIEMPRE la flexión en la primera persona plural. Como el -nos de nosotros puede usarse como enclítico (una partícula que se pega a un vocablo formando una sola palabra) muchos piensan… ¿quiénes iban? Pues nosotros, y por lo tanto, íbanos (nosotros).
De primera intención suena lógico, pero no lo es; es analógico con otras formas verbales que sí tienen esa terminación -nos enclítica pronominal, como por ejemplo, llámaNOS, tráeNOS, míraNOS, escríbeNOS, compréndeNOS, etc. En estas -nos sí funciona como un pronombre y no como flexión verbal. Ya sabe. La próxima vez que escuche a alguien decir íbanos o veníanos, ni lo juzgue, ni lo mire como poca cosa. ¡Más respeto! A ver si nos entendeMOS.