Según la investigación La huella de carbono del turismo mundial, publicada en la revista Nature, el turismo es responsable del 8 % de las emisiones mundiales de CO2. Las actividades más contaminantes son el transporte, la alimentación y las compras. Entre 2009 y 2013, por ejemplo, la huella de carbono del turismo mundial aumentó un 15 %, pasando de 3.9 a 4.5 gigatoneladas de dióxido de carbono.
Debido a la elevada intensidad de carbono y a su continuo crecimiento, se prevé que el turismo represente una parte cada vez mayor de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Por ello, en los últimos años ha surgido una alternativa menos agresiva para el medio ambiente, el ecoturismo.
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Según la Sociedad Internacional de Ecoturismo, se trata de “un viaje responsable a zonas naturales que conserva el medio ambiente, sostiene el bienestar de la población local e implica la interpretación y la educación”.
“El ecoturismo se ha hecho cada vez más popular en las últimas décadas, sobre todo porque nuestras poblaciones, mayoritariamente urbanas, quieren volver a conectar con la naturaleza y las comunidades de acogida”.
Carl Cater, Profesor de turismo en la Universidad de Swansea, Gales, Reino Unido.
“Incluye una amplia gama de actividades turísticas basadas en la naturaleza, desde el buceo hasta la observación de aves. Puede ser en unas vacaciones locales (observación de delfines en New Quay, Gales) o al otro lado del mundo (búsqueda de aves del paraíso en los bosques de Papúa Nueva Guinea)”, explicó a Metro Carl Cater, profesor titular de turismo en la Universidad de Swansea, Gales, Reino Unido.
Aunque hay una gran variedad de actividades dentro del ecoturismo, lo más importante es que quienes las realicen sean respetuosos con el medio ambiente y las culturas locales que visitan.
“Los ecoturistas deben tener siempre presente la capacidad de carga de los recursos, el medio ambiente y la situación sociocultural que visitan”, afirmó Lorri Krebs, profesora de geografía y sostenibilidad de la Universidad Estatal de Salem (EE UU).
En ese sentido, este tipo de turismo podría ayudar a combatir el calentamiento global: por un lado, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono y por otro, y quizá más importante, sensibilizando a los viajeros.
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“El ecoturismo es un motivo de protección y conservación de las zonas naturales, ya que puede generar empleo y medios de vida para la población local. También es muy importante para la educación y la sensiblización ambiental en general”, concluyó Cater.
LAS CLAVES: Errores comunes
- Interpretación errónea. Hay innumerables ejemplos de eco-oportunismo a los que se ha adjuntado injustificadamente el prefijo eco, como “eco”-crucero y “eco”-safari. Esto es como el greenwashing, en el que se utiliza el nombre pero no se siguen realmente los principios del ecoturismo.
- Apropiación indebida. Etnocentrismo (a menudo se ve desde una perspectiva occidental y no indígena), mercantilización y biopiratería (ejemplos en los que el ecoturismo ha sido una tapadera para recolectar recursos genéticos, plantas, fauna y conocimientos indígenas).
- Engaño. El ecoturismo abre la puerta a la explotación de la naturaleza y la cultura, no sólo por parte de la industria turística, sino también de otros sectores, ya que proporciona la infraestructura física para una circulación más libre de personas y bienes. Por tanto, puede conducir indirectamente a la destrucción de la naturaleza y la cultura.
4 PREGUNTAS A… Lorri Krebs
Profesora de geografía y sustentabilidad en la Universidad Estatal de Salem, EE.UU.
¿Qué es el ecoturismo?
—Es un viaje responsable y sostenible a zonas naturales, en el que los turistas tienen un impacto negativo mínimo o nulo en el medio ambiente y las culturas que visitan. El objetivo es que los ecoturistas salgan con más conocimientos y el destino vea más beneficios que destrucción de sus recursos.
¿Es muy popular?
—Cada vez son más los turistas que desean reducir su impacto en el medio ambiente y por ello eligen los ecotours. Algunos países y destinos han creado programas de certificación para garantizar el cumplimiento de los protocolos y reconocer a las empresas que lo hacen.
¿Puede ayudar a conservar el planeta?
—Los componentes que conforman la industria del turismo se consideran a menudo como enormes contribuyentes al cambio climático. Piense en los automóviles, los aviones, los barcos, los hoteles, el uso insostenible del agua, los alimentos, la explotación de la fauna y los recursos para los turistas y podrá empezar a ver por qué el cambio hacia el ecoturismo es muy necesario y muy buscado. Mucha gente cree que el cambio a los viajes sostenibles, ya sea teniendo en cuenta las compensaciones de carbono con la elección del transporte, los alojamientos más pequeños que utilizan energía renovable, o sólo recurriendo a empresas con prácticas sostenibles, es necesario para ayudar a conservar el planeta y la única manera de reducir nuestro impacto de los viajes.
¿Qué consejo daría a las personas que quieren practicar el ecoturismo?
—En última instancia, el consumidor debe ser educado sobre los impactos negativos de los viajes y, si elige el ecoturismo, debe ser consciente de las empresas con las que trata y de los destinos a los que desea viajar. Hay muchas organizaciones que realizan una gran labor en el ámbito del ecoturismo, como la Sociedad Internacional de Ecoturismo, pero hay otras tantas que utilizan la etiqueta para generar ingresos pero no contribuyen al destino local, a la población local, al medio ambiente o a los recursos naturales que explotan.