¿Sabía que, en algunas lenguas, el acento prosódico (el que se oye) es fijo? ¿Ejemplos? En francés el acento siempre está en la última sílaba; en checo en la primera sílaba; en polaco, en la penúltima sílaba. Y fijo es eso mismo, como cemento, siempre en ese lugar. Hay otras lenguas en las cuales el acento es como la canción de Nino Bravo: “libre… como el ave que escapó de su prisión y puede, al fin, volar…”, razón por la cual puede recaer en cualquier sílaba sin ningún trauma. Tal es el caso del inglés, el alemán, el ruso, el italiano, el portugués, y muchas otras… Tomo un ejemplito de Quilis de la palabra en inglés: content. Cuando esta palabrita tiene la fuerza en la primera sílaba, [cóntent] significa en español contenido (de algo), por ejemplo, el de un libro. Pero, si la fuerza está en la última sílaba, como en [contént], entonces significará en español un estado de satisfacción (en el caso del verbo). Hasta aquí, todos contentos. Pero y ¿cómo es el acento en español? ¡Ahhhh, esos son otros 20 pesos! Hay quienes afirman que el español tiene acento libre como el sol y el viento de Nino. Pero, lo cierto es que nuestra linda lengua tiene un acento con libertad limitada. Si una palabra tiene dos sílabas, el acento puede ir en la primera o la segunda, como en canto y cantó. Si tiene una sola sílaba, pues ni modo, en esa, y pare de contar. Si tiene tres sílabas, el acento puede ir en cualquiera de las tres como en término, termino, y… terminó el Bocadillo.
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