La agencia reguladora de medicamentos de la Unión Europea informó el miércoles que encontró un “posible nexo” entre la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca y un inusual trastorno con coágulos sanguíneos, pero recomendó seguir usándola para inmunizar a los adultos porque los beneficios superan de lejos los riesgos.
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La Agencia Europea de Medicamentos (EMA por sus siglas en inglés) dijo que los trombos eran un efecto secundario “muy raro”. Sostuvo que la mayoría de los casos reportados eran de mujeres menores de 60 años en las dos semanas siguientes a la vacunación, pero que con las pruebas disponibles no podía identificar factores específicos de riesgo. Los expertos estudiaron varias decenas de casos provenientes principalmente de Europa y Reino Unido, donde unos 25 millones de personas han recibido la vacuna de AstraZeneca.
“Los casos reportados de coágulos sanguíneos inusuales tras la vacunación con la vacuna de AstraZeneca deberían considerarse posibles efectos secundarios de la vacuna”, dijo el director ejecutivo de EMA, Emer Cooke, pero no impuso restricciones por edad al uso de la vacuna en personas mayores de 18 años como han hecho algunos países.
“El riesgo de mortalidad de COVID es mucho mayor que el riesgo de mortalidad de estos efectos secundarios”, dijo Cooke.
La EMA, la Organización Mundial de la Salud y varias autoridades de salud han dicho reiteradamente que la vacuna de AstraZeneca es segura y eficaz y que la protección que brinda contra el COVID-19 supera los riesgos comparativamente pequeños de los trombos sanguíneos.
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El anuncio podría afectar gravemente el uso de una vacuna que es crucial para la campaña mundial contra la pandemia.
La EMA se concentra sobre todo en dos tipos de coágulos: uno que aparece en múltiples vasos sanguíneos y otro que se produce en una vena que drena sangre del cerebro. También evaluó informes de gente que tenía niveles bajos de plaquetas, lo que significa riesgo de hemorragias graves.
Apenas la semana pasada, la EMA dijo que no había pruebas “que apoyen la restricción del uso de esta vacuna en población alguna”, en respuesta a países que han hecho justamente eso, aunque un experto dijo que se reportaban más trombos cerebrales que lo que cabría prever.
En marzo, más de una decena de países, principalmente europeos, suspendieron la aplicación de la vacuna de AstraZeneca debido al problema de los coágulos. La mayoría han vuelto a aplicarla —algunos con restricciones por edad— después que EMA dijo que los países debían seguir usando esa vacuna que salva vidas.
Las suspensiones aparecen como particularmente perjudiciales para AstraZeneca, que cometió varios errores al reportar los datos sobre la eficacia de la vacuna, sobre todo en adultos mayores. Resultado de ello es que diversos países han variado sus recomendaciones sobre el uso de la vacuna, lo que atentaría contra la credibilidad de la empresa farmacéutica. Esto a su vez provocaría una mayor renuencia a vacunarse, lo que prolongaría la pandemia.
El expresidente del Comité de Salud Pública de la Asociación Médica Británica, el doctor Peter English, dijo que tantas idas y venidas con la vacuna de AstraZeneca tendría consecuencias graves.
“No podemos darnos el lujo de prescindir de esta vacuna si queremos poner fin a la pandemia”, dijo.
La vacuna es más barata y fácil de almacenar que muchas otras, es un componente crucial de la campaña de inmunización europea y un pilar de COVAX, el programa respaldado por la ONU para llevar vacunas a los países más pobres. La usan medio centenar de países, incluidos los 27 de la UE y la respalda la OMS. Estados Unidos aún la está estudiando.