La emblemática estructura frente a la Plaza de Armas en el Viejo San Juan, que en sus orígenes albergó la Diputación Provincial de España en Puerto Rico, abre sus puertas como hospedería histórica la tercera semana de diciembre. Localizado en la calle San Francisco, esquina San José, el nuevo Hotel Palacio Provincial cuenta con 43 habitaciones, un restaurante al aire libre, salón de eventos, biblioteca, y una azotea con terraza, piscina infinita, jacuzzi y bar – con vistas incomparables a la Bahía de San Juan y la ciudad colonial.
“Estamos comprometidos con preservar y potenciar el patrimonio histórico y cultural de Puerto Rico y el Viejo San Juan, y su desarrollo turístico económico. Nuestra trayectoria se ha guiado por este compromiso con los hoteles El Convento, La Concha Resort y Condado Vanderbilt, ubicados en edificios históricos de gran valor cultural, a la que se suma ahora el Hotel Palacio Provincial”, dijo Arnold Benus, representante del conglomerado de los propietarios locales de la hospedería. International Hospitality Enterprises (IHE), dirigida por el experimentado hotelero Hugh Andrews, manejará el hotel como propiedad hermana del Hotel El Convento, con Alfredo Arroyo y Adrián Mercado Berlingeri, gerente general y director de ventas, respectivamente, de ambas propiedades, y contará con la gerencia de Sara Vélez.
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El diseño del hotel estuvo a cargo de Jorge Rosselló, quien tuvo como norte de su inspiración la autenticidad histórica y arquitectónica del edificio, al cual el Registro Nacional de Edificios Históricos denomina como una de las joyas arquitectónicas del distrito histórico.
La atención al detalle devuelve a su esplendor el edificio neoclásico del arquitecto español Enrique Berrocal y se evidencia a través de los espacios, los cuales han sido bautizados con nombres evocativos de su historia, tales como Bar Consular, Suite Canciller y Suite Emisario. Asimismo, es el caso de la Suite Nupcial, llamada Infanta Eulalia en honor a la hija menor de la Reina Isabel II, quien visitó la Diputación Provincial en 1893 junto a su esposo Antonio de Orléans, en representación de la Corona. Como dato histórico, la visita formó parte del viaje de la pareja a la Feria Mundial en Chicago, en celebración del 400 aniversario de la llegada de Cristóbal Colon al Nuevo Mundo.
Tanto sus habitaciones como áreas públicas son ambientadas en tonos claros y contemporáneos con una pequeña guiña al minimalismo. Al estar decorado en su mayoría de una paleta natural, abre paso para pequeños acentos de colores más llamativos que completan el esquema de diseño. La coexistencia dentro del hotel es palpable, pues trata sobre un edificio de caso historio fiel a la arquitectura colonial y a su entorno, que a la misma vez contrasta perfectamente con la modernidad de sus interiores cosmopolitas; es decir se ha podido concebir un hotel avanzado y a la misma vez, de maneras más subliminales, incorporar la historia, cultura y tradición puertorriqueñas. Ejemplos de esto se encuentran en la biblioteca que cuenta con un mobiliario innovador, pero estará cubierta de reproducciones de caligrafía antigua pertinente a la historia del edificio y las mentes ilustres que lo recorrieron, también en los cuartos encontrarán unos gallos tallados con de colores atractivos hechos por artesanos locales.
En cuanto a experiencias, el hotel contará con un “programme d ‘attachés” o conserjes dedicados a realzar la experiencia de sus invitados. Palacio Provincial brindará servicio de una manera creativa y transformadora, manteniéndose al tanto con los últimos indicios de la industria. Ejemplos incluyen la invitación a sus huéspedes una recepción diaria con el nombre 43×43 o las bandejas flotantes en la piscina para personalizar con selección de bebida y canapé.
La firma Bird Construction y GB Project Management, LLC lideraron el trabajo de construcción y restauración, desarrollo que supone una inversión de cerca de $12 millones de capital local y la creación de alrededor 50 empleos permanentes.
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Trasfondo Histórico
El edificio pertenece al periodo La Ilustración, durante el cual las estructuras eran diseñadas como grandes símbolos con elementos arquitectónicos alegóricos a su rol cívico y como icono visual de la Corona española. Según los documentos históricos, la Diputación se estableció en un antiguo mercado.
Previamente, la estructura tuvo varias encarnaciones, incluyendo una ciudadela, un asilo de beneficencia y el Instituto de Segunda Enseñanza – esta última compartiendo las instalaciones con la Diputación por un tiempo luego de la remodelación de 1873 que la transformó en el Palacio de la Diputación.
Luego de recibir la autonomía de España, la Diputación Provincial pasó a ser la Cámara Insular. Remodelado por el arquitecto Patricio de Bolmburu 1898, se convirtió en la sede del primer Parlamento de Puerto Rico.
El historiado edificio albergó también la primera oficina del Servicio Postal de Estados Unidos, la Biblioteca Insular, y la oficina de telégrafos y teléfonos, entre otras. Más recientemente, el Palacio de la Diputación sirvió como centro de trabajo del Departamento de Estado de Puerto Rico durante la segunda mitad de siglo 20.