La NASA volvió a hacer historia y por primera vez logró aterrizar en un asteroide. La misión OSIRIS-Rex finalmente tocó la superficie de Bennu en un hecho histórico para la minería espacial.
La piedra de 510 metros y que viaja a más de 100 mil kilómetros por hora fue finalmente “tocada” por la nave que envió la NASA en 2016 y cuyo objetivo es volver sana y salva en septiembre de 2023 con muestras tomadas desde la roca.
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“La nave espacial ha hecho todo lo que se suponía que debía hacer”, aseguró Dante Lauretta, responsable de la misión OSIRIS-REx. En tanto, Jim Bridenstine, administrador de la NASA, reconoció que “estamos en camino de devolver la muestra más grande desde el Apollo. Si todo va bien, los científicos estudiarán esta muestra durante las generaciones venideras”.
El asteroide Bennu
El asteroide Bennu, también conocido como el asteroide del apocalipsis, podría chocar con la Tierra el 2135. Tiene 490 metros de diámetro. Orbita a 320 millones de kilómetros de nuestro planeta y tiene rocas del porte de un edificio. Es casi tan alto como el Empire State Building
Originalmente la misión había sido programada para julio de este año pero fue reprogramada al descubrirse que su superficie rocosa es más amplia de lo que incluso científicos pensaban.
El descenso de 4 horas desde una altura de 125 metros ha sido hacia el interior del cráter Nightingale, de 16 metros de diámetro. Una vez establecido el contacto con su brazo robótico de 3,5 metros, se ha liberado nitrógeno comprimido para levantar polvo y poder recogerlo.
El proceso no tardó más de 16 segundos y donde se recogió 60 gramos de material. A través de los datos de los sensores y las imágenes tomadas, analizarán el resultado y ofrecerán más información sobre los compuestos obtenidos por la misión el próximo 30 de octubre.
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