Missi Magness quería que sus hijos regresaran a la escuela.
La madre de un niño de primer grado y otro de sexto que asisten a escuelas en el sudeste de Indianapolis tuvo problemas para supervisar el aprendizaje de sus hijos mientas trabajaba desde casa en la primavera.
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Muchos otros padres concordaban. Ahora, su distrito escolar, Franklin Township — donde dos terceras partes de los 10.000 estudiantes son blancos, como lo es Magness — les ha permitido a los niños más pequeños que regresan a las escuelas a tiempo completo.
Pero no lejos, la historia es diferente. En Indianapolis, donde casi tres cuartas partes de los 26.000 estudiantes en escuelas tradicionales son negros e hispanos, el año escolar comenzó en la internet, pese a apoyarse en las mismas directrices locales de salud que Franklin Township.
Esa dinámica se ve en todo el país: los distritos escolares en los que la vasta mayoría de los estudiantes son blancos tienen tres veces más probabilidades que los distritos con estudiantes mayormente de color de estar abiertos para algún aprendizaje en persona, de acuerdo con un análisis de la Associated Press y Chalkbeat.
Aunque esa clara división a menudo refleja las preferencias de los padres, podría exacerbar aún más las desigualdades en la educación.
En cada estado, la AP y Chalkbeat sondearon los mayores distritos escolares en cada una de cuatro categorías fijadas por el Centro Nacional de Estadísticas de Educación: urbana, suburbana, pueblo y rural.
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Las respuestas al sondeo de 677 distritos escolares que cubren a 13 millones de estudiantes reflejaron que la mayoría de ellos comenzarán el año escolar en la internet. Pero el sondeo muestra que la raza es un fuerte indicador de cuáles escuelas públicas están ofreciendo instrucción en persona y cuáles no.
Para algunos estudiantes, la continuación del aprendizaje virtual representa el riesgo de que van a rezagarse respecto a sus pares que están aprendiendo en persona, pese a que muchos distritos dicen que la enseñanza virtual será mucho mejor que en la primavera.
Los estudiantes que aprenden desde casa pierden acceso a comidas gratis o subsidiadas, servicios de educación especial y otro respaldo. Las familias acaudaladas pueden cubrir los huecos, pero otras tendrán que prescindir de ello.
“Me preocupa eso y el hecho de que existen estas correlaciones entre lo que están haciendo las escuelas y los antecedentes de los estudiantes”, dijo Jon Valant, académico centrado en educación en la Brookings Institution. Existen varias explicaciones posibles para la división racial. Una es política. Las escuelas en áreas que respaldaron a Donald Trump en el 2016 tienden más a abrir para la educación presencial, muestran el análisis AP/Chalkbeat y ottos.
Otra razón posible: Las autoridades escolares están respondiendo a las familias. Sondeos nacionales y estatales muestran que los padres negros e hispanos tienden a temer más el regreso a la enseñanza presencial que los padres blancos. Eso muy probablemente refleja la disparidad en el saldo de la pandemia, ya que las tasas de mortalidad por COVID son mucho más altas en esas comunidades que entre los blancos.
“Nosotros pensamos que tienen en cuenta nuestros intereses para mantener a todo el mundo seguro”, dijo Maira Vazquez, una madre hispana que fue entrevistada en español y cuyos hijos asisten a una escuela en el distrito Manor, en un suburbio de Austin. El distrito — 67% hispano, 20% negro y 7% blanco— va a tener enseñanza solamente por internet hasta al menos mediados de octubre.
Otros factores influyen también en las decisiones de reapertura, como la gravedad del brote local, la capacidad de los distritos escolares para pagar por precauciones de seguridad y las directrices fijadas por las autoridades de salud pública.
En el distrito del área de Norristown, en las afueras de Filadelfia, las escuelas tendrán solamente enseñanza virtual hasta al menos enero. El distrito sirve a unos 7.700 estudiantes, de los cuales 42% son hispanos, 33% son negros y 15% son blancos.
Aunque la tasa de positivos en las pruebas de coronavirus en el condado circundante están en 3% — por debajo del 5% que las autoridades oficiales consideran un límite seguro — las tasas en el distrito son más de tres veces más altas.
Los funcionarios escolares están “muy conscientes” de que las comunidades a las que sirven han sido afectadas por el virus de manera desproporcionada, de acuerdo con el superintendente Christopher Dormer, que mencionó además la falta de fondos en el distrito y edificios viejos como razones para la decisión de seguir en la internet.
La ruta que ha escogido cada distrito ha tomado un significado político, especialmente después que la administración Trump empujó a las escuelas a reabrir plenamente para enseñanza en persona.
Eso pudiera ayudar a explicar parte de la relación con raza, pues negros e hispanos respaldan mucho menos a Trump.
Pero algunas de las comunidades blancas más liberales también están reabriendo.
El distrito escolar North Shore está basado en un suburbio acaudalado de mayoría blanca que el superintendente Michael Lubelfeld llama “extremamente” liberal.
Para ofrecer instrucción presencial en turnos, el distrito se está gastando 3,4 millones de dólares en cosas como mejorarlos filtros de aire, la ventilación, alquilar carpas para permitir enseñanza al aire libre y pagar por pruebas a personal asintomático.
Las escuelas que se están quedando en la internet están pagando también grandes sumas, con esperanzas de reducir el riesgo de que sus estudiantes se rezaguen.
En Norristown, el distrito le ha dado a cada estudiante una laptop o tableta y los maestros están proveyendo tres horas diarias de instrucción en vivo por internet, a diferencia de la primavera, cuando pre-grababan sus lecciones.
En Memphis, donde 95.000 estudiantes en escuelas públicas estarán aprendiendo solamente por internet hasta nuevo aviso, el distrito escolar se está gastando decenas de millones de dólares en laptops y tabletas. las autoridades del distrito, donde la vasta mayoría de los estudiantes son negros o hispanos, han distribuido más de 85.000 aparatos y ofrecerán varias horas de clases en vivo por la internet.
Padres en Memphis como Iesha Wooten siguen llevando una carga pesada. Wooten, que es negra, esta supervisando el aprendizaje de sus tres hijos y tres sobrinos.
Pero uno de sus hijos tiene asma y otro anemia de células falciformes, lo que les pone en riesgo mas elevado de complicaciones de coronavirus.
Al final, dice ella: “No quiero que corran el riesgo”.