Alexis Blanco
Como ser humano es normal sentir inquietud ante un panorama incierto, empero la sensibilidad con la que expresa su intención de no fallar y de hacer todo lo que esté a su alcance con tal de salvar una vida, denota que el terapista respiratorio Alexis Blanco es un “héroe” de primera fila.
“Llevo en la profesión veinte años y esto ha sido lo más difícil que me ha tocado vivir. Es bien difícil porque a pesar de que uno ama lo que hace, siempre está el lado humano y el miedo de fallar en algún detalle, contagiarse o contagiar a nuestros familiares cercanos”, expresó el padre de una niña de 12 años y un varón de 16 años.
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Como evidencia el repunte en casos positivos en la isla, Blanco señaló que muchas personas no están tomando la pandemia con la seriedad que merece.
“Me duele que las personas aún viendo todo lo que está pasando en el mundo, no hayan tomado conciencia y continúan tratando de llevar su vida normal cuando en realidad, no podemos llevar una vida normal hasta nuevo aviso, sin tomar en cuenta las consecuencias que esto puede traer, y la desgracia porque han muerto muchas personas”.
Añadió que “es bien impactante ver el deterioro de los pacientes positivos al coronavirus. Es impresionante la manera cómo el virus actúa en el cuerpo y deteriora tan rápido a las personas. Es bien impactante el progreso que tiene el virus en el cuerpo humano sobre todo en el sistema respiratorio que es donde más él se concentra”.
“Hemos visto pacientes con algunas sintomatología con algo de fiebre o dolor corporal, nada significativo. Pero también hemos visto la otra cara de la moneda donde el paciente se deteriora a una velocidad bastante rápida y de verdad resulta impresionante. Si uno pudiera hacer que las personas vieran a través de nuestros ojos lo que nosotros vivimos y vemos como profesionales de la salud, tomarían más en serio lo que en realidad está pasando. Esto es un asunto bien serio porque literalmente nos está matando”, afirmó.
Blanco destacó que esta crisis de salubridad también “impacta mucho emocionalmente” por tener que guardar distancia con los hijos y seres queridos.
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“Ha sido bien duro porque soy loco con mis hijos y ellos son locos conmigo aunque no vivo con ellos. Los veo pero tenemos que mantener distancia con dolor en el alma. No nos podemos abrazar, ni besar. A nivel personal también ha sido bien difícil con mi pareja y con mis padres que son bien mayores y están alto riesgo”, enfatizó el ponceño.
Por el momento solo queda la satisfacción del deber cumplido y la gratificación personal de contribuir en la recuperación de los pacientes.
“Es bien reconfortante cuando pasas ese camino tedioso junto con el paciente y tienes la oportunidad de ver su recuperación. Sientes una gran satisfacción al pensar que pudiste contribuir a eso. Hay muchos familiares que te lo agradecen y eso es bien bonito”, puntualizó.
Gloria Soto
Estos últimos meses han sido muy retantes para Gloria Soto Maldonado, administradora de la Égida de las Enfermeras, no sólo por la pandemia de COVID-19, sino porque es la primera vez que le toca separarse de su familia extendida como considera a los adultos mayores residentes de la institución que administra hace una década.
La situación es peor que la crisis que dejó el huracán María, narró Soto Maldonado. Al menos en aquella ocasión podían atender a los residentes personalmente. Esta vez los retos incrementan cuando hay que coordinar todo a distancia para evitar poner en riesgo la salud tanto del personal como de la población de adultos mayores.
La administradora contó que tuvieron que dividirse las tareas para poder cubrir las diversas necesidades, pues con el cierre forzoso, los residentes tampoco tenían transportación para comprar alimentos y medicamentos.
“Es fuerte porque tenemos envejecientes que tienen familiares pero como si no los tuvieran porque muchos de ellos no reciben la atención que deberían”, lamentó.
Marysel Cabán
Para la enfermera Marysel Cabán el cobre no solo se bate en los pasillos de los hospitales. Hoy día, el fogón también arde en la calles, mientras asume la ardua labor de realizar pruebas en busca del COVID-19.
La enfermera de 38 años de edad decidió unirse a las filas del trabajo voluntario ante la necesidad de personal de salud para realizar las pruebas. Sabe bien que todos los días se expone al virus sin remuneración económica. Se graduó en 2018 de bachillerato en Enfermería pero desde entonces no ha podido conseguir un empleo. Sin embargo, para Cabán las razones sobran para encarar todos los días al COVID-19. Cabán labora como voluntaria en el servi-carro del Colegio de Médicos y Cirujanos.
George Venero
Aquellos días habituales en los que George Venero salía de su guardia en el hospital y se trasladaba a su oficina para atender pacientes ya no son los mismos. Ahora el tiempo se consume en vestirse de pies a cabeza antes de entrar a un cuarto con un paciente sospechoso de tener COVID-19.
Y el miedo, sin duda, es otra de esas cosas que llegó sin avisar. “Un temor a lo desconocido”. Así describió Venero –un médico internista con 27 años de carrera profesional– lo que significa enfrentarse día a día al coronavirus.
El galeno reconoció además que cada vez que sale a cumplir con su faena se expone a que este virus le toque su puerta.
Francisco Castro
Este joven agricultor de 30 años de edad es uno de los héroes en tiempos de pandemia, pero en el campo de la seguridad alimentaria. Este emprendedor cree firmemente que la agricultura tiene mucho espacio para crecer en la Isla. El emprendedor administra la Finca Hdrorgánica en Río Grande. Durante la pandemia observó un aumento en la demanda por productos del país. “Se ha demostrado que los agricultores pequeños y medianos, agroecológicos, hemos tomado las riendas de todo esto”, sostuvo Castro.
Mensaje de nuestro Gerente General
El COVID-19 llegó sigilosamente a transformar nuestras vidas. Desde hacernos repensar nuestra frágil humanidad hasta endurecer nuestro caparazón para enfrentarnos a este nuevo enemigo que rehúsa dar un paso atrás y que amenaza con desestabilizarnos emocionalmente. Nos encontramos ante una nueva realidad que hemos tenido que adoptar en contra de nuestra voluntad y que tenemos que afrontar por el bien de los nuestros. Mientras este virus conviva con nosotros, nos corresponde continuar responsablemente velando y cumpliendo con los protocolos de seguridad e higiene para minimizar su riesgo y posibilidades de contagio. Pero la vida continúa y como comunicadores, no podemos pausar en nuestro compromiso con Puerto Rico.
Desde su llegada a nuestra isla, Metro Puerto Rico siempre se ha caracterizado no solo por objetivamente informar al país, sino también por insertar en nuestra misión, la obligación de compartir historias que aporten al bienestar de nuestra sociedad, que nos hagan mejores seres humanos y que tengan un impacto emocional saludable. Desde la concepción del proyecto Real Characters en la operación de Metro en Guatemala hace unos años, decidimos adoptar esta iniciativa para darle voz a nuestros puertorriqueños de mayor edad, regalándole la oportunidad de engalanar nuestros titulares con sus letras.
Hoy y por sexto año consecutivo presentamos el proyecto Real Characters, el cual bautizamos como Letras Valientes, y en el cual nuevamente Metro Puerto Rico —en alianza con la agencia de publicidad Arteaga & Arteaga— toma las letras de personas que hacen la diferencia para destacar su aportación a nuestra sociedad. En esta ocasión, rendimos homenaje al sector de la salud, particularmente aquellos de primera línea que dedican sus horas de trabajo a tratar la condición que aqueja a miles de personas en nuestra isla, al tiempo que concienciamos sobre la importancia de este grupo de puertorriqueños que dejan a sus familiares más cercanos, para ayudar al prójimo. La mecánica es sencilla: cinco héroes nos prestaron sus letras para integrarlas a nuestros titulares en la edición de hoy. Te invitamos a conocer las maravillosas historias de nuestros artistas invitados en esta edición especial. Así que no piensen que hubo un error en impresión… hoy nuestras letras lucen diferentes, gracias a este especial grupo de héroes puertorriqueños.
Mientras continuamos combatiendo los desafíos que el 2020 nos ha dejado, saquemos un ratito para reconocer que en tiempos de dificultad contamos con héroes y heroínas que día a día hacen una gran diferencia y hoy los honramos con sus letras plasmadas en nuestro periódico, inmortalizando esa gran valentía con su puño y letra. Gracias a todos aquellos profesionales y voluntarios que diariamente lo dan todo para ayudar al prójimo, en especial a Marysel, Dr. Venero, Alexis, Gloria y Francisco por enseñarnos el camino, porque es responsabilidad de todos protegernos. Manténganse seguros y saludables.