La principal científica de la Organización Mundial de la Salud dijo que se ha demostrado de forma definitiva que la hidroxicloroquina, un medicamento barato para combatir la malaria que fue patrocinado por el presidente de Estados Unidos, no funciona para frenar las muertes entre pacientes hospitalizados con el nuevo coronavirus.
Pero podría ser efectivo en la prevención de contagios de COVID-19, agregó la doctora Soumya Swaminathan señalando que los ensayos cínicos a este respecto siguen su curso.
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Todavía no se ha determinado si la hidroxicloroquina tiene algún efecto en la prevención o minimiza la gravedad de la enfermedad, entre otros aspectos, añadió Swaminathan en una conferencia de prensa el jueves.
“Eso todavía no lo sabemos. Y necesitamos completar esos grandes ensayos y obtener los datos”, dijo refiriéndose a varios test que no está realizando la OMS.
La agencia de salud de Naciones Unidas anunció esta semana la suspensión la parte de su ensayo sobre terapias experimentales para el COVID-19 que utiliza la hidroxicloroquina, refiriéndose a resultados previos de un gran ensayo en Gran Bretaña y a un análisis separado de evidencias sobre el medicamento. Los otros fármacos que están siendo probados por la OMS, incluyendo tratamientos empleados en el pasado contra el ébola y el sida, siguen adelante.
Por otra parte, Swaminathan agregó que la agencia espera que a final de año haya alrededor de 2.000 millones de dosis de una vacuna contra el virus, que estarían reservadas para “población prioritaria”. La científica reconoció que es “una gran suposición” ya que por el momento ninguna ha demostrado su efectividad.
Debido al gran número de posibles vacunas que se están probando actualmente, la OMS espera que alguna pueda estar lista para el próximo año.
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La OMS recomienda inmunizar primero a la población de riesgo, incluyendo a los mayores y a aquellos con enfermedades previas como diabetes o problemas respiratorios, además de trabajadores esenciales, recordó Swaminathan.
Pero destacó que sigue sin haber una estrategia para la posible distribución global de las vacunas contra el COVID-19. “La OMS propondrá estas soluciones”, dijo. “Los países deben ponerse de acuerdo y llegar a un consenso. Esta es la única forma en la que esto puede funcionar”.
Numerosos países desarrollados, incluyendo Gran Bretaña, Francia, Holanda, Alemania y Estados Unidos, ya firmaron acuerdos con farmacéuticas para asegurar el suministro de vacunas para sus ciudadanos primero.
La OMS y sus socios han pedido a las farmacéuticas que suspendan sus derechos de patente sobre cualquier vacuna efectiva contra el COVID-19 y miles de millones de dólares para comprar fármacos para los países en vías de desarrollo.
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