En momentos de emergencia, como cuando experimentamos los huracanes Irma y María, luego de que ocurrió el terremoto del 7 de enero del 2020 y sus réplicas, así como en esta emergencia relacionada al Coronavirus, Covid-19, el rol del/la profesional de educación en salud pública cobra mayor relevancia ya que es especialista en temas relacionados a la salud, así como también en el desarrollo y la comunicación de la información de salud.
No basta con tener conocimientos y experiencia en la práctica de una profesión relacionada a la salud, sino que es necesario tener competencias en la emisión y difusión de la información de manera efectiva, clara y precisa.
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Es importante conocer y dominar fundamentalmente lo que es la alfabetización y la literacia en salud para evitar el viralizar información incorrecta o que no esté actualizada. La Organización Mundial de la Salud establece que la alfabetización en salud se refiere a las habilidades sociales y de conocimientos que determinan el nivel de motivación y la capacidad de las personas para acceder, entender y utilizar la información para promover y mantener una buena salud.
La alfabetización en salud, particularmente en momentos como el que vivimos hoy, estando presente la pandemia del COVID-19, añade relevancia ya que el saber emitir información relacionada a este asunto de manera efectiva, evita grandemente el pánico que se genera en la población y fomenta una cultura de acción y toma de decisiones informadas.
La literacia se refiere a la capacidad de identificar, localizar, evaluar, y utilizar la información adecuadamente y en temas de salud esto es sumamente importante. En la difusión de la información debe considerarse la fuente y lo actualizada que está esa información para luego difundirla, lo que en nuestros días es un desafío, tomando en cuenta la rapidez con la que se propaga la información en las redes sociales.
Los y las educadores en salud tenemos la experiencia y los conocimientos necesarios para asumir un rol activo en momentos de crisis y de emergencia. Tenemos las competencias necesarias para llevar un mensaje claro, preciso, correcto y que fomente en la población un ambiente de confianza que les guíe a tomar decisiones informadas, responsables y saludables.
Las y los educadores en salud pública tenemos la responsabilidad de visibilizar nuestra profesión y denunciar los momentos en que la información que se disemina atenta en contra de la seguridad y la salud de la población. Difundir información en un clima de respeto y confianza fomenta que se reproduzcan los comportamientos dirigidos hacia la prevención, evitando crear un pánico generalizado innecesario.
La autora es educadora en salud en adiestramiento y estudiante del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.