La vida salvaje también puede desarrollarse en la ciudad. Esto queda de manifiesto tras una curiosa premiación en Inglaterra. La imagen de una pelea entre ratones en el metro de Londres ha sido galardonada por el público como la mejor fotografía del año en el marco de los premios “Wildlife Photographer of the Year”, organizados por el Museo de Historia Natural del Reino Unido.
Generalmente este galardón suelen llevárselo imágenes de animales en su hábitat más salvaje, llámese bosques, selva y otros. Pero se sabe que los ratones viven no solo en campos, sino que en ciudades de todo el mundo. Y hay que destacar que el acierto fotográfico es maravilloso. la imagen fue titulada como “Pelea en la estación”. Fue tomada por el joven Sam Rowley.
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Ha recibido 28.000 votos dentro de la categoría “lo mejor del resto” de la “Lumix People’s Choice”, donde compiten aquellas imágenes que no se hicieron con los premios profesionales del concurso, uno de los galardones internacionales más importantes de fotografía natural.
¿Cómo tomó tan genial fotografía?
Según relató a medios ingleses, Rowley pasó varias noches tumbado boca abajo sobre los andenes de la línea central hasta que consiguió inmortalizar el momento en el que los pequeños roedores, habituales del subterráneo londinense, comenzaron su pelea por una miga de pan.
“Pasé cinco días tumbado en el andén así que era probable que ocurriera en algún momento”, explicó el fotógrafo londinense, que trabaja para la BBC como investigador dentro de la unidad de filmación de historia natural.
La historia de estos peludos
“Estos ratones de metro, por ejemplo, nacen y pasan su vida entera sin ver la luz del sol o sentir una brizna de hierba. A cierto nivel, es una situación desesperada – correr entre pasajeros sombríos durante unos pocos meses, quizá por un año o dos, y después morir. Y como hay tantos ratones y tan pocos recursos, tienen que luchar por algo irrelevante como una migaja”, añadió.
Los dos protagonistas de la foto merodeaban por las plataformas en busca de comida cuando se encontraron con el mismo pedazo de pan, lo que desencadenó en una brevísima trifulca antes de seguir sus caminos por separado. El director del museo, Michael Dixon, aseguró que la imagen de Sam Rowley ofrece un vistazo “fascinante” sobre cómo “la vida salvaje funciona en un entorno dominado por los humanos”.