En vías de orientar a la ciudadanía sobre el manejo adecuado de las emociones en la niñez luego de un desastre natural, el Hospital UPR Federico Trilla de Carolina brindó el miércoles, una serie de consejos sobre cómo abordar el desarrollo del Desorden de Estrés Postraumático (“PTSD- Post Traumatic Stress Disorder”) como resultado de haber experimentado una experiencia traumática luego de un fenómeno atmosférico.
“Los niños con este desorden tienen episodios repetitivos en los que vuelven a sufrir la experiencia traumática del evento. Estos niños a menudo tienden a revivir el trauma repitiéndolo en sus juegos. En los niños pequeños, los sueños desconcertados acerca del evento pueden convertirse en pesadillas de monstruos, de rescate a otros o de amenazas hacia sí mismos o hacia otros. El “PTSD” raramente surge al momento del trauma. Aunque sus síntomas pueden comenzar poco después del evento, el desorden a menudo sale a la superficie varios meses o aún varios años más tarde”, expuso la doctora Lelis Nazario, psiquiatra de niños y adolescente del Hospital UPR Federico Trilla de Carolina en comunicación escrita.
PUBLICIDAD
Cabe señalar que, la reacción del niño depende también de la magnitud de la destrucción o la muerte que vea durante y después del desastre. Si un amigo o pariente muere o resulta gravemente herido, o si la casa o la escuela sufre grandes daños, es más probable que el niño experimente dificultades.
“Es muy importante que el evento se le explique al niño usando palabras que puedan entender. Los padres deben también reconocer los elementos del desastre causantes del miedo cuando habla con el niño sobre el incidente. El restarle importancia al peligro no elimina las preocupaciones del niño. Hay varios factores que afectan la reacción del niño ante un desastre. La manera en que el niño ve e interpreta la reacción de sus padres es muy importante. Los niños se dan cuenta de las preocupaciones de sus padres, pero ellos se muestran particularmente sensitivos durante una crisis. Los padres deben de admitirle a sus hijos que están preocupados y a la vez deben enfatizar sus habilidades para hacerle frente a la situación”, explicó la doctora Nazario.
Según la doctora Nazario, “la edad del niño también afecta cómo este reacciona al desastre. Por ejemplo, un niño de seis años puede manifestar su reacción a la catástrofe negándose a ir a la escuela, mientras que un adolescente puede restarle importancia a la tragedia, pero comienza a pelearse constantemente con sus padres o muestra un deterioro en su rendimiento escolar”.
Los interesados en obtener más información pueden acceder a www.hospitalupr.org, o comunicarse a la clínica de Psiquiatría llamando al (787)757-1800 Ext. 620.