La oportunidad de quedarse en un Domo mirando el Fitz Roy es uno de los regalos que jamás olvidaré y que tú tampoco podrás olvidar. Muchas veces, quedarse en cierto tipo de hospedaje le aporta mucho al viaje, haciendo de esta experiencia un hermoso recuerdo.
Este es el caso del domo en donde me quedé “Patagonia Eco Domes” por una noche en el Chaltén. Literalmente, en plena falda de la montaña. Es aquí donde te das cuenta de que nuestro planeta es una maravilla.
PUBLICIDAD
¿Cómo se llega?
Puedes caminar para llegar a Patagonia Eco Domes , aunque es un reto (caminar con el equipaje) también lo puedes hacer en carro o a través de algún tipo de transporte privado o público.
El hotel queda a 30 minutos del centro del pueblo, escondido entre los árboles.
“Sumergido en la naturaleza”
Es rústico, pero simplemente precioso, y el silencio que se escucha aquí es espectacular. El sonido de los pájaros, los pequeños riachuelos que se forman y ver liebres caminando por todo el campo es un regalo de la vida.
Es un hotel pequeño, el cual brinda ese toque acogedor para que tus estadías sean únicas.
PUBLICIDAD
Cada domo tiene una cama grande y bastante cómoda, y una ducha con agua caliente. Eso sí, el sistema que utilizan es un poco lento, y no es para menos, pues tienen que calentar agua fría de glaciar.
También cuenta con una chimenea que el mismo equipo del hotel prepara, pues créeme, en la noche el frío es muy duro, pero con la chimenea vas a dormir como un bebé.
En las noches el viento es muy fuerte, así que apreciarás la chimenea
Una nota importante es que los cuartos solo tienen para cargar dispositivos electrónicos que sean tipo USB A y te ofrecen 3 puertos para cargar tus equipos como cámaras pequeñas, celulares, relojes, entre otras cosas que no requieran mucho voltaje.
Si de casualidad te llevas un equipo que necesite más potencia, tendrás que dejarlo en la recepción que es el único lugar donde hay capacidad para cargarlo.
Te lo digo, estarás muy lejos.
Si de casualidad andas con muchos electrónicos, ya sea por temas de trabajo o porque andas con toda tu familia, este tipo de cable USB que tiene tres conectores utilizando solo un cable, te ayudará a maximizar los puertos para conectar más cables, y por ende, cargar más equipos.
Una de las cosas que me sorprendió ver fue que las chicas que estaban en la recepción de un momento a otro salían a los alrededores del hotel con un teléfono satelital para poder hacer llamadas de gestión del hotel; ahí te percatas que estás en un lugar muy remoto y que debes olvidarte de los dispositivos electrónicos y apreciar el momento.
En el costo de la noche te incluye la cena y el desayuno que, para mi sorpresa, es muy bueno el servicio, la calidad de los alimentos y las porciones. El alcohol no te lo incluye, pero quién se puede negar a tomar una copa de vino mirando el Fitz Roy.
La recepción, como el restaurante, son domos gigantes con vistas al Fitz Roy. Aquí todos los huéspedes estábamos literalmente comiendo y mirando el Fitz Roy, pues tuvimos suerte que estaba despejado.
Otra cosa genial es que desde el hotel puedes comenzar a hacer el sendero al Fitz Roy, ya que te conecta al sendero principal. Así fue como yo lo hice, y el personal fue tan amable que me permitió dejar el carro estacionado en el hotel a pesar de que ya había hecho check-out pues esa noche me quedaba en el campamento Poicenot.
Así que esto lo sumo a la experiencia y a su vez a no perder el tiempo de mover el auto hasta el pueblo y comenzar desde allá.
El costo por noche es de $400 aproximadamente, aunque es un poco costoso como les mencioné, pero incluye la cena y el desayuno. Adicional a esto, también puedes solicitar una vianda (snacks) por si vas a hacer el trekking.
En fin, la experiencia es única, la vista es impresionante y poderosa, y a la vez, es indescriptible la magia que tiene la montaña y cómo todo a su alrededor toma vida. Estar en un lugar muy remoto y escuchar el silencio es un verdadero lujo a comparación de la vida cotidiana que usualmente llevamos.
Sal de la rutina, añade valor a tu vida con cosas como esta que valen realmente la pena.