Cuando pensábamos que la ciencia tenía completa claridad acerca del funcionamiento de nuestra humanidad, un nuevo hallazgo nos vuelve a sorprender. Esta vez, investigadores del Instituto Karolinska, de Suecia, lograron establecer que tenemos un nuevo órgano sensorial, que además está por todo el cuerpo.
El trabajo publicado en la revista “Science” detalla que el nuevo órgano se compone de células gliales o de tejido nervioso, que cuentan con múltiples protuberancias largas, las que a su vez forman un órgano similar a una malla dentro de la piel.
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“La capacidad de percibir y reaccionar rápidamente ante estímulos perjudiciales es esencial para la supervivencia”, dice el trabajo que describe cómo este nuevo órgano es capaz de coordinarse con los nervios sensibles al dolor en la piel para producir impulsos eléctricos en el sistema nervioso, los que provocan reacciones reflejas y una experiencia de dolor.
Los investigadores del Instituto señalaron que tras las conclusiones, buscarán estudiar si estas células podrían contribuir a los trastornos de dolor crónico y de qué manera.
No buscábamos lo que encontramos
Previamente, el equipo liderado por el profesor Patrik Ernfors, del Departamento de Bioquímica y Biofísica Médica del Instituto, ya había comprobado la existencia de precursores de células de Schwann, para analizar las bases celulares de la capacidad para sentir calor, frío, tacto, vibración.
“Durante los últimos 10 años, hemos demostrado que esas células madre producen células pigmentarias en la piel, una parte del sistema nervioso autónomo y otros tipos de células también. En particular, se sabe desde hace muchos años que los precursores de células de Schwann también generan algunos de los órganos sensoriales que son importantes para el tacto y la vibración”, dijo en entrevista con el diario español ABC.
Aunque sobre el trabajo actual señaló que “en realidad, no buscábamos ni esperábamos descubrir un órgano sensorial previamente desconocido. El descubrimiento fue el resultado de un cruce entre dos direcciones de investigación en mi laboratorio”.
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Sin embargo, los resultados claramente muestran -según el investigador- que la sensibilidad al dolor “no se produce solo en las fibras nerviosas de la piel, sino también en este órgano sensible al dolor recientemente descubierto”.
“El hallazgo cambia nuestra comprensión de los mecanismos celulares de la sensación física y puede ser importante en el conocimiento del dolor crónico”, insiste Enfors.