Hace como mil años, cuando en Chile daban Hulk en la tele a color la serie partía informando que el doctor David Banner arrancaba de la justicia por un asesinato que él no cometió, y cuando se enojaba se transformaba en el monstruo verde.
Más furioso que Hulk debe estar Mark Denny, quien en 1987 fue condenado a 57 años tras las rejas cuando tenía 17 por un delito que tampoco había cometido.
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Al afroamericano se lo acuso de ser uno de los cuatro hombres que robaron en un Burger King de Brooklyn, Nueva York, que luego violaron a una mujer de 18 años que trabajaba en el restaurante de comida rápida.
A pesar de que el joven juró inocencia, en 1989 fue condenado a 57 años de cárcel, de los que cumplió 30 por cargos de violación, sodomía, robo y coerción.
Pero todo cambió el 2017 cuando su abogado presentó una notificación de reclamación ante las autoridades de Nueva York. El pobre Denny alegó que fue “atacado e incriminado” por los policías que investigaron el crimen, y acusó a los agentes de fabricar pruebas y no verificar su coartada, así como de “negarse intencionalmente a investigar otras pistas obvias”, incluida una prueba de cabello y raspaduras de uñas, entre otras.
En esa oportunidad el tribunal le encontró la razón, a pesar de que habían pasado 30 años desde el delito, que al igual que Hulk, no había cometido.
A pesar que nada le devolverá los 30 años, el hombre tendrá mucha plata para pasar la rabia porque la justicia ordenó que reciba una indemnización de nueve millones 750 mil dólares.