Me preocupa mucho que los casos de diálisis en Puerto Rico se hayan triplicado en los últimos 10 años porque este problema grave de salud es prevenible. Actualmente, hay más de seis mil personas en diálisis en la isla según revela el censo de febrero de 2019 de pacientes en las 48 unidades de diálisis en Puerto Rico de la Fundación Puertorriqueña del Riñón.
Las causas principales para que las personas tengan que recibir tratamiento de diálisis son la diabetes o la hipertensión descontrolada. Lo que significa que si manejas y controlas bien estas afecciones, puedes evitar llegar a diálisis.
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Nunca fumar, realizar actividad física, comer sano, monitoreo médico regular, adherencia a los tratamientos y hacerse pruebas de detección temprana ayudan a evitar o retrasar el progreso del daño a los riñones. Pero parece que las estrategias de prevención y los cuidados no están funcionando.
Los riñones son demasiado importantes. Ellos limpian tu sangre y producen hormonas que mantienen tus huesos fuertes. Sin embargo, hay mucha desinformación sobre la enfermedad renal y sus factores de riesgo, y continúan los referidos tardíos a médicos especialistas (nefrólogos) y a nutricionistas especializadas en dieta renal. Esto llora ante los “ojos de Dios”, pues tus riñones pueden salvarse si recibes atención médica adecuada temprana y recurrente, y si aprendes a cuidarlos.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), la enfermedad renal terminal (ERT) casi siempre viene después de la enfermedad renal crónica (ERC). Los riñones pueden dejar de funcionar lentamente durante 10 a 20 años antes de presentarse enfermedad renal terminal.
La enfermedad renal crónica se clasifica en estadios del uno al cinco. En los estadios del uno al tres, se puede evitar el progreso de la enfermedad con dieta especial y medicamentos. En los estadios cuatro y cinco, hay enfermedad renal en etapa terminal. Quiere decir que tus riñones dejan de funcionar y necesitarás tratamientos sustitutivos para reemplazar las funciones de estos órganos para poder vivir. No hay marcha atrás: requerirás diálisis o trasplante de riñón.
Todas las personas, ya sea que se sientan sanas o que padezcan diabetes, hipertensión o que tengan historial familiar de fallas de los riñones deben hacerse pruebas preventivas. Estos análisis ayudan al médico a detectar o descartar la enfermedad, vigilarla, y comprobar si el tratamiento que se lleva a cabo funciona. Una de las pruebas es de sangre. Es el estimado de filtración glomerular (GFR, por sus siglas en inglés) que mide si los riñones están filtrando bien. La otra prueba es de orina. Esta detecta si hay proteína en la orina. Para que lo sepas, nunca debe haber presencia de proteína en la orina, si la hay, debes atenderte inmediatamente.
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Ya es tiempo de apoderarnos para prevenir la aparición o el progreso de la enfermedad renal crónica, y obtener “diagnóstico temprano” y atención médica correcta e inmediata. La obesidad, la diabetes y la hipertensión descontrolada, los malos estilos de vida, como el abuso de alcohol, fumar o una dieta inadecuada, les hacen daño a tus riñones. Todo esto lo puedes controlar.
De hoy en adelante, ve al médico a chequearte de arriba abajo, y hazte pruebas de laboratorio de rutina. La enfermedad renal crónica es silenciosa; daña los riñones lentamente. Además, predispone a enfermedad cardiaca. No esperes a sentir algo para ir a evaluarte, porque podrías estar en un estadio tardío con falla renal irreversible; sería muy tarde.