El Gobierno de Estados Unidos bajo la administración Trump ha estado más activo que nunca en lo que respecta a la desatada guerra fría y comercial con China.
Siendo las telecomunicaciones uno de los puntos con mayor relevancia y crecimiento en el mundo, una marca como Huawei se para exactamente al medio el fuego cruzado.
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El punto de inflexión fue cuando Estados Unidos ordenó el arresto de Meng Wanzhou en Canadá, hija del fundador y alta ejecutiva de la compañía, bajo los supuestos crímenes de vender a Irán en pleno bloqueo.
A lo anterior hay que sumarle la campaña del terror contra la compañía en el país del norte, donde se ha prohibido a través de lobby que las operadoras vendan sus celulares y se ha negado bajo decreto que entren a licitaciones de infraestructura móvil por espionaje que no han podido comprobar, dejando espacio abierto a la especulación de que se está controlando la oferta a través de parámetros ficticios en pos de proteger su producto nacional o proveniente de países aliados.
Huawei de un tiempo hasta esta parte se había quedado tranquila, haciendo “lo correcto” y estando al margen, pero han llamado a una rueda de prensa este jueves, donde según reportes internacionales oficializarían una demanda contra el Gobierno de Estados Unidos.
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¿Qué van a acusar? La figura del “bill of atainder”, donde alguien es culpable bajo la lupa de la opinión pública y logra de que se le trate como tal sin pruebas ni juicio previo. Aunque probablemente se sumen más figuras.
Esto va a dar para largo, señores.