Este experiencia de dormir en un iglú fue originalmente publicada en Latitud Perfecta.
¿Alguna vez pensaste que fuera posible estar en un iglú en el círculo polar ártico? ¿En realidad lo pensaste? Uno lo veía y conocía en los cuentos y en las clases de historia pero uno quizás pensaba que era algo irreal o imposible de alcanzar. Qué equivocados estábamos. Esto es más real que Santa Claus, y sin decir que en Finlandia es la casa de él, haciendo de este lugar uno aún más mágico.
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Una vez encontramos que había una posibilidad y que estaba en Finlandia, sin atraso alguno buscamos cómo lo podíamos lograr, pues sin duda, esto iba hacer una experiencia para toda la vida. En nuestra búsqueda, encontramos un resort en Saariselka que nos cautivó aunque ahora existen conceptos similares en otros lugares. Pero nos enamoramos de este, el que sería nuestro hogar por dos noches y si me preguntan, es de los mejores de nuestras vidas.
Lo difícil de toda esta planificación fue decirle adiós a varios días de nuestra visita a St. Petersburgo, Rusia, ciudad de la que llegaríamos a Finlandia. Tuvimos muchísimas dudas cuando lo hicimos y no nos mal entiendas, St. Petersburgo es precioso y nos enamoró, pero el iglú fue otra cosa muy difícil de describir la emoción que sentimos. Estar tan al norte, conectados con la naturaleza en unos de los espacios más vírgenes del mundo y en el planeta que vivimos, ¡es un “lujazo”!
Para llegar, tuvimos que viajar a Helsinki capital de Finlandia y luego a Ivalo ya que era el aeropuerto más cercano, pero hay otros seis aeropuertos y/o ciudades en esta parte del polar ártico por si te quieres aventurar. Llegar a Helsinki fue un adelanto a lo que nos esperaba, pues nos recibió cayendo nieve. Finalmente pudimos verla caer ¿lo pueden creer?
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En Ivalo, aterrizamos en una pista totalmente blanca con todo su alrededor de un blanco que ni en crayola. Literalmente un verdadero Winter Wonderland. Los árboles cubiertos completos, los carros congelados, los letreros de la misma forma y una temperatura de -15 grados F nos daba la bienvenida a que oficialmente habíamos aterrizado en el polo norte.
“Para hacerlo más emocionante no hay terminal, así que tienes que bajar en plena pista”.
Fuimos directos al car rental para buscar a nuestro amigo de aventuras por estos dos días. Para nuestra suerte, las personas aquí son súper cálidas, graciosas y con una vibra contagiosa. Al contarles que éramos del Caribe, el muchacho al no tener el carro que habíamos alquilado, nos dio un upgrade a un Lexus con sunroof y su respuesta fue: carro perfecto para estar en el Caribe pero estas en el Polo Norte jajaja. El viaje comenzaba de maravilla.
Llegamos con un cielo distinto al acostumbrado al Caribe, un poco nublado, pero a lo lejos se veían rayos de sol. Preocupados, el muchacho nos dijo que había sido el mejor día y que casi no había nubosidad… Nuestra sonrisa fue de oreja a oreja ya que el pronóstico para ver las auroras boreales indicaba una probabilidad de KP4 a KP5.
“¡Vamos chicos, si dormir en un iglú es algo de ensueño ver las auroras es para morirse!”
Arrancamos directo al hotel. El internet y el GPS funcionaron perfectamente. Nos marcó 30 minutos de distancia. Ansiosos de cómo podría ser el camino, terminó sorprendiéndonos por lo bien que el gobierno finlandés mantiene las carreteras libres de nieve. Aun así, nuestras gomas estaban preparadas para la aventura.
“Durante el camino no parábamos de mirar para ambos lados. Amigos, este país es una postal viviente”.
Llegamos a nuestro hotel y al bajarnos uno solo podía pensar que había llegado a la villa de Santa Claus literalmente. Todo tenía este look de Navidad eterna. Sin hablar que aquí se dice que es la casa de Santa Claus (Rovaniemi, Finlandia) y no era para esperar menos.
Al llegar a la recepción nos informaron de todas las actividades, las áreas del resort, el restaurante, etc. Nosotros de antemano habíamos reservado dos actividades: snow movible y smoke hot sauna que es una tradición de los finlandeses y pues como era temporada alta no queríamos perder la oportunidad después de llegar de tan lejos.
“Sabías que en Finlandia hay más saunas que personas”.
Ya en el iglú
Finalmente, nos dieron las llaves de nuestro hogar, el iglú #17, el lugar donde la magia nunca terminó. Nuestro pequeño espacio en forma de iglú tenía una cama, un baño y sin bañera/ducha. Cinco meses antes de pisar esta tierra nevada, habíamos hecho la reservación, y ya se había agotado la opción que incluía baño completo. Para darse un buen baño hay disponibles cabañas con duchas equipadas con todo y hasta con sauna sin costo adicional. Quedaba a pasos de nuestro iglú, así que no fue ningún impedimento, más allá del frío, para llegar y refrescarnos con agua caliente.
“Antes de llegar pensábamos que esto iba hacer un impedimento, al final fue la mejor manera de hacer amigos, de estar en contacto con la naturaleza…era toda una aventura bañarse”.
¡Lo logramos! Luego de suspirar agradecidos por estar aquí, inspeccionamos cada detalle del iglú, dejamos nuestras cosas y nos fuimos a conocer el área cercana al resort y de Saariselka pues el atardecer ya estaba a la vuelta de la esquina. Mientras tanto, íbamos en el carro maravillados de todo nuestro alrededor. Aquí reinaba el silencio, la naturaleza, y por supuesto, el frío que se apodera de tu cuerpo sin importar cuántas capas de ropa tengas. Pero aunque no lo creas, vale la pena sentir el frío, además, aquí el aire es puro, uno de los más puros del mundo.
De camino nos percatamos que los rayos del sol estaban dando un espectáculo de colores, estacionamos el carro y nos volvimos locos volando el drone, tomando fotos… Este fue el indicio a que la noche sería aún mejor y sin duda que lo fue.
Luego de todas las secciones de fotos y emocionados por el tremendo atardecer, volvimos al iglú pues ya la luz estaba por desaparecer a eso de las 5:00 p.m. Nos bañamos para ir a cenar, cuando Miguel se percata que las auroras estaban comenzando a salir. Miguel ya tenía la experiencia de verlas en Iceland pero aquí fue otro cantar.
Al principio las auroras a simple vista parecen como una nube densa (como si fuese un algodón) y a medida que se van intensificando si es en tu caso, pues se comienzan a ver los diferentes colores y movimientos. Para nuestra suerte, tuvimos lo que los locales le llaman una tormenta con diferentes colores en unos movimientos increíbles.
Arrancamos a cenar con la prisa de la vida, pues ya queríamos salir a otras áreas a tomar fotos. Ya aquí comenzamos a hablar con diferentes personas sobre que ya se estaban viendo las auroras, cuando en el restaurante lo empleados fueron avisándolo por las mesas. Las personas salieron como en una estampida, pero no es para menos, este espectáculo de la naturaleza quita el aliento.
Luego de aquí, lo demás fue un cuento que jamás vamos a creer. Tuvimos auroras por dos días intensos desde la noche hasta el amanecer y sin hablar de cómo amanecían los días. ¡Una locura! Sin duda los espíritus que cuidan estas tierras estaban más presente que nunca como le dicen los locales.
¿Qué hicimos?
El hotel ofrece algunas actividades adicionales como pasear en trineo halados por perros o renos (no nos gusta esto, así que no era una opción para nosotros), también snow mobile, aurora hunting, pesca, saunas, entre otros. Nosotros seleccionamos dar un paseo por el bosque a bordo del snow mobile, una especie de jetsky pero obviamente para la nieve.
¡Estuvo increíble! Esta actividad comenzó con los primeros rayos de luz, a eso de las 8:45 de la mañana. Antes de arrancar por el bosque, nos reunieron para darnos las instrucciones, precauciones y el equipo que consiste de botas, casco, protección para la cara y guantes. Todo esto es adicional a toda tu ropa, pues en el bosque la temperatura se siente aún más fría (-28F) por lo tanto nos esperaba más frío para nuestro cuerpo.
“De más está decir que ponernos nuestro outfit fue un proyecto”.
Arrancamos desde el hotel hasta más de 3 millas de distancia en pleno bosque. Vimos renos y uno de los paisajes más bellos que hayamos visto en nuestra vida. Era lo más cercano a la definición de paz, naturaleza y belleza junta. Aquí paramos un rato para alimentarnos la vida y darnos un té caliente y tomar algunas fotos. Aquí experimentamos el frío en su mayor expresión, a negativo 28 grados F en pleno bosque. Luego de un rato, volvimos al hotel contentos y satisfechos de haber sumado vida a nuestra vida.
“Esto era perfección”.
Otra actividad que también hicimos fue el smoke sauna privado. Una tradición finlandesa y antigua que consiste en un sauna de humo con leña y salir corriendo para meterse al lago congelado. Sabrán que Miguel lo hizo, ya había experimentado nadar entre dos continentes en Iceland y esto lo tenía aún más motivado, no sé como jaja. Algunos locales se quedaban sorprendidos cuando les contábamos de su hazaña pues no todos lo hacían en pleno invierno.
Otros detalles y costos
- Estadía: Tuvimos la suerte de conseguirlos en $500 la noche. No sabemos cómo pues este hotel casi nunca tiene disponibilidad y segundo que las noches siempre están entre $600 a $800. Aquí no hubo puntos y millas que valieran.
- Actividades: Ambas actividades nos salieron bastante costosas $1,000 por los dos, siendo el smoke sauna el más costoso.
- Alquiler de carro: $200 por dos días.
¿Sueñas dormir en un iglú en Finlandia?