No sé si te diste cuenta, pero ya estamos a finales de enero de 2019.
Así de rápido pasa el tiempo y así de rápido dejamos escapar oportunidades en nuestras vidas. Cada año trae sus retos, sus altas y bajas, sus alegrías y tristezas. Pero de eso se trata, de estar VIVO. Simplemente es una montaña rusa de emociones y vivencias a la que nos toca a nosotros aportar para lograr que sean más productivas y alegres, y menos tristes y dolorosas, aunque de TODO se aprende y se crece. Es hora de arrancar toda semilla que has sembrado varias veces y ves que no produce, que no da fruto. Soy fiel creyente de que en la vida hay que darse oportunidades y también brindárselas a otros. Pero, amores, “donde Dios no puso no puede haber. Y hay personas en nuestra vida y situaciones que nos han demostrado una y otra vez que no hay nada positivo ahí para nosotros. Si una situación te consume, te produce demasiada ansiedad, te duele, te lastima, te agota física y mentalmente, si no te da FELICIDAD…, definitivamente, ese no es tu lugar. Basta de conformarnos, basta de aguantar y aguantar. Échale agua y abono a esa semilla que aporta cosas positivas a tu vida. Pídele a Dios que arranque de tu vista y de tu mente toda distracción que no te lleve al camino de la plenitud. La felicidad no es un sentimiento eterno, pero nos toca intentar que sean más los momentos de alegría y paz que aquellos difíciles. EMPODÉRATE, toma decisiones, inténtalo. Vale la pena arriesgar en la búsqueda de la paz. Todo es posible para los que creen. Yo le creo a Dios y me creo a mí. ¡Creo que soy capaz de llegar! Y tú también puedes. No se trata de una resolución de año nuevo, se trata de tomar control de nuestra vida de una vez y por todas, y si no se da y si fallamos, pues volvemos a intentarlo cuantas veces sea necesario. No hay prisa, pero tampoco tiempo que perder. #séfeliz