¿Cuál fue la última vez que revisar Instagram lo hizo sentirse mejor?
Si usted es como yo, las fotos del cachorrito que aparecen en las redes sociales lo animan durante un instante, pero el desfile de experiencias de sus amigos cuidadosamente seleccionadas y editadas le genera cierta frustración. ¿Cómo hace esta gente para viajar a Nueva Zelanda? ¿Cuándo te tocará a ti recorrer en auto la costa del Pacífico en Estados Unidos, tomando vino en terrazas bañadas por el sol en el camino?
Es sabido que las redes sociales no muestran las abolladuras del auto, las discusiones y el mal tiempo típicos de toda vacación. Agréguele a eso el agujero que dejan en su economía.
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En Estados Unidos, por ejemplo, casi la mitad de los hogares tienen deudas en tarjetas de crédito, según un análisis de NerdWallet. La deuda promedio es de 6.929 dólares, un balance que implica un pago de 1.141 dólares anuales en intereses.
No hay forma de saber cuánto dinero tienen sus amigos. Pero es previsible que al menos algunos de ellos no estén realmente en condiciones de hacer los viajes que hacen que usted se sienta inferior sin apelar a sus tarjetas de crédito.
Aquí algunas recomendaciones para evitar el impulso de gastar de más generado por Instagram:
ENCUENTRE LA FUENTE DE SU FRUSTRACIÓN
Si la foto de un amigo de vacaciones le frustra tanto, busque las razones de ello. El destino o el viaje en sí tal vez no sean la fuente de su malestar. Tal vez lleva tiempo sin salir de vacaciones o envidia lo relajada que se ve esa persona. ¿Le incomoda lo cercanos que parece su amigo con su pareja o sus conocidos?
Hay formas de aliviar la ansiedad sin gastar una fortuna en vacaciones. Considere separar un día para ir a un museo sin pagar o con un precio reducido para no pensar tanto en el trabajo. Trate de formar un club de lectores con sus amigos o unirse a un grupo que hace excursiones todos los meses para sentirse parte de una comunidad.
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TÓMESE UNA VACACIÓN BARATA
Si lo que ansía es viajar, averigüe lo que cuesta su paseo y ahorre el dinero necesario.
Si no ha ahorrado y necesita irse a algún lado pronto, trate de ser flexible con las fechas y los destinos y esté pendiente de ofertas online. Considere ir a algún sitio cercano que nunca visitó. Comparta el gasto de un Airbnb con amigos y pase un fin de semana jugando a las cartas, en contacto con la naturaleza y haciendo actividades artísticas.
Las tarjetas de crédito no siempre son el enemigo. Si es disciplinado en los pagos y no se endeuda demasiado, consiga una tarjeta con premios que le permitan subsidiar futuros viajes. Sea realista y no gaste más de la cuenta, porque de lo contrario puede terminar pagando mucho dinero en intereses, generando más ansiedad.
ALÉJESE DE LAS REDES
Hay otra opción para evitar las frustraciones y la tentación de gastar más de la cuenta: No mire Instagram.
No tiene que ser demasiado radical. Puede seguir publicanos fotos y comunicándose con sus amigos mediante mensajes directos, pero no vea tanto lo que publican otros. Fíjese una meta y espere hasta el mediodía para revisar la aplicación, o elija dos momentos del día para hacerlo. Igual que con cualquier comportamiento que trata de cambiar, al principio no será fácil, pero a la larga se sorprenderá de lo poco que añora la aplicación. Llene el tiempo que recupera con actividades que le dan placer.
Lo ideal es hacer planes y elegir experiencias de viaje a partir de lo que la o lo hace feliz, no de la visión adornada de otros.