Es frecuente toparse con madres preocupadas por la alimentación de sus hijos, especialmente cuando su apetito no es el que ellas o las abuelitas quisieran y comienzan una batalla para lograr que sus hijos se coman toda la porción que le sirven en su plato.
Con frecuencia se pueden utilizar frases como ¡no te levantas hasta que termines de comer!, o ¡si comes más te pondrás más fuerte!
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El pediatra Leonardo Escobar (@drleoescobar) precisa que “la mayoría de las personas tienen la idea de que mientras más coma un niño, estará más saludable, fuerte y grande. Pero, esto es completamente falso, ya que si se obliga a un niño puede tener más repercusiones negativas que beneficios”.
El especialista explica que un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania revela que alimentar a la fuerza a un niño fomenta un desarrollo de hábitos alimenticios poco saludables. Pero eso no es todo, existen otras razones poderosas para evitarlo como las siguientes
¿Qué se logra al obligar a comer a un niño?
-En un futuro rechazará todos los alimentos que lo obligaste a comer durante la infancia.
-Comerá menos y poco saludable.
-Aumenta el riesgo de desarrollar trastornos alimenticios cuando sean adolescentes o adultos-
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-No tendrá un control sobre sus hábitos alimenticios, es decir, comerá mucho o muy poco-
-Tendrá un mayor riesgo de padecer obesidad.
“Si quieres tener un hijo realmente sano y con hábitos alimenticios saludables, lo primero que tienes que dejar de hacer es cometer errores como regañar o amenazar a tu hijo por no querer comer, sobornar a tu hijo con cosas poco saludables para que coma (dulces, chocolates o helados); rogándole o correr a atrás de él para que coma”, asegura el pediatra.
Aseguró el médico que “si los niños son obligados a comer todo lo de sus platos, pueden dejar de confiar en las señales de su propio cuerpo; entonces, lo que harán es comer hasta que los padres estén felices Como papás no hay que exagerar en todo, habrá veces en que tu hijo coma muy bien y otras que apenas pruebe alimentos, es como si él se regulara por sí mismo. Sólo hay que tomar en cuenta que no sean lapsos muy largos, de lo contrario valdría la pena visitar al pediatra para ver lo que está pasando”.