Con este grito de guerra la Comisionado Residente, junto al gobernador Ricardo Rosselló, presentó en la tarde de ayer una nueva versión de la pieza legislativa que busca que a Puerto Rico se le conceda la estadidad. No es para menos. Tras más de 119 años de Puerto Rico ser una colonia de nuestra nación, y luego de un segundo voto plebiscitario contundente y mayoritario en contra de dicha relación colonial y a favor de la estadidad, los puertorriqueños queremos y merecemos ser admitidos como el estado 51.
Como parte de la nueva ofensiva, la Administración Rosselló se ha mantenido en comunicación continua con la Casa Blanca sobre el tema, mientras que la comisionada residente ha gestionado el apoyo de sobre 30 congresistas para la medida radicada. De hecho, a pesar de la tergiversación que algunos medios quisieron darle a la conversación reciente entre el gobernador Rosselló y el presidente Trump, Rosselló es el primer gobernador en época reciente en solicitarle de frente, en persona y públicamente al presidente de los Estados Unidos que se resuelva de una vez y por todas el problema colonial de Puerto Rico mediante la concesión de la estadidad, que no es otra cosa que la igualdad plena para los sobre 2.5 millones de ciudadanos americanos que vivimos en la Isla. ¡Bravo, Señor Gobernador!
PUBLICIDAD
Como de costumbre, los enemigos de la estadidad intentarán descarrilar estos nuevos esfuerzos de la administración Rosselló en el Congreso. Sin embargo, no puede dejarse pasar por alto que la relevancia que ha tenido Puerto Rico en la discusión publica a nivel nacional tras el paso del huracán María nos brinda la oportunidad perfecta para que el reclamo de la estadidad también trascienda de la discusión en Washington D.C. La devastación causada por el huracán y los esfuerzos de reconstrucción que están encaminados mantendrán los ojos de la nación en Puerto Rico, esto, sin duda, representa una oportunidad para que los ciudadanos americanos que residen en la isla exijan disfrutar de los mismos derechos, privilegios, beneficios y responsabilidades que sus conciudadanos que viven en los estados.
Ante esa realidad, y ante la crisis económica que atravesamos como pueblo, ahora más que nunca es necesario que rompamos las cadenas del coloniaje y disfrutemos los derechos que nos corresponden. Por eso, ante las movidas de Rosselló mediante la Comisión de Estatus, acompañada por la legislación radicada por la comisionada residente, y su estrategia para lograr nuestra admisión como estado, todos los que creemos en la igualdad debemos hacer coro apoyando su gestión y exigiéndole al Gobierno federal que atienda los reclamos con la prontitud que ameritan.
No cabe duda de que los que militan en el Partido Popular no harán nada por resolver el problema de status. Han arrastrado los pies sobre ese tema sin presentar solución alguna al dilema colonial y, lo que es peor, su liderato ni siquiera se pone de acuerdo en cuanto a la fórmula de estatus que su partido representa. Mas aún, tratarán de confundir al pueblo tergiversando las gestiones de Rosselló porque le temen a el como líder del movimiento estadista y a nosotros como mayoría que apoya la estadidad. Ante esta realidad, los estadistas debemos hacer un frente común y apoyar las gestiones que nuestro gobernador y la comisionada residente realizan para resolverlo. ¡Puerto Rico quiere y merece la admisión ya!