Por: Lilly Rivera
periodista y especialista en Educación para la Salud Pública
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@gohealthylilly (Twitter)
Creadora del medio digital especializado en periodismo en salud, Go! Healthy Puerto Rico
“Si tú miras el Puerto Rico antes de María y miras el Puerto Rico antes del próximo huracán que va a venir —no sabemos cuándo, ojalá me equivoque—, pues hay gente que no tenía planta eléctrica, pero ahora la tienen”, dijo el senador Carmelo Ríos en NotiUno, como ejemplo de que Puerto Rico está preparado para un huracán.
Esta podría ser la reacción de un puertorriqueño “preparado” que no tiene hogar seguro ni energía eléctrica, está enfermo y le falta el sustento:
“Quería anunciarles que estoy preparado para la temporada de huracanes: ¡tengo una planta eléctrica!
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La casa, pues, lo que queda de ella, y aún sin techo, pero con toldo; más de ocho meses sin energía eléctrica, pero yo creo que es tiempo suficiente para adaptarme a una isla donde es común el paso de los huracanes. Estoy sin muebles porque se mojaron y se dañaron. Me quedé a pie, ya que el carrito viejo que tenía se me inundó. Fíjate, con la ropa no hay problema, como la lavo a mano o me la pongo varios días sin lavar, me dura más. Mi salud ha desmejorado, es que he tenido que postergar las citas médicas porque, como no tengo carro, se me hace difícil tirarme un viaje pa’ lejos, y la verdad es que entre sacar agua de casa cada vez que llueve —acuérdate, se me cuela el agua por el toldo— dividir el poco presupuesto que tengo entre comprar el combustible pa’ la planta, pagar facturas fijas y comprar “alimentos”, la atención adecuada para mi salud y bienestar ha tenido que esperar.
La peste y el ruido de las plantas me desvelan y me inquietan. A veces, me deprimo tanto que pienso que no puedo más. Y cuando recuerdo que, en par de semanas, comienza la temporada de huracanes, empiezo a temblar. Me vienen a la cabeza los Centros de Cuido de Personas Mayores, los residentes de Vieques que necesitan diálisis para poder vivir y que, al perder su centro de servicio de diálisis en la Isla Nena, han tenido que complicar más su existencia viajando hasta cuatro veces en semana a Puerto Rico para su diálisis. Con todo y eso, no debo preocuparme, porque estoy preparado: tengo planta”.