Desde hace cuatro años, la doctora Yeswanthini Bhushan sigue atormentada tras una terrible experiencia en un hospital de Dundee, Escocia, donde fue testigo de un parto que terminó en la decapitación accidental de un bebé dentro del útero de su madre.
Ahora, uno de los médicos que presenciaron el terrible suceso, que ocurrió el 16 marzo de 2014, han dado su testimonio frente a la audiencia del Servicio del Tribunal de Médicos Practicantes que había estado atormentada por el incidente años más tarde.
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De acuerdo con Yeswanthini, ella le advirtió entre tres y cuatro veces a la doctora encargada, Vaishnavy Laxman, que tuviera cuidado. La especialista narró que ingresó al quirófano del Hospital Ninewells para ver cómo se encontraba la madre, pues estaba siendo inducida a dar a luz, a pesar de que solo tenía dos o tres centímetros de dilatación.
Además, la ginecóloga Vaishnavy Laxman esperaba “recibir” al bebé en posición de nalgas, cuya práctica es mucho más riesgosa. Cuando una situación así ocurre, el doctor tiene dos opciones para la madre: parto vaginal de nalgas o recurrir a una cesárea. La primer opción no es recomendable si el bebé es más grande o pequeño de lo normal, si su cuello se encuentra demasiado extendido o si sus pies están abajo del trasero.
En el momento que la doctora Yeswanthini entró para ayudar a la paciente, vio que la doctora Laxman estaba jalando al bebé por los pies mientras le ordenaba a la madre que pujara.
“Al tratar de sacar al bebé bajo las condiciones antes mencionadas, ocurrió la tragedia”, narró Bhushan.
En su declaración en 2014, la mujer de 30 años de edad indicó que nunca se le dio la oportunidad de elegir la cesárea por la complicación de su parto.
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Es la experiencia más horrible que alguien podría tener y la memoria no deja de perseguirme.”, dijo la doctora Yeswanthini (…) Ella (Laxman) dijo que desearía haber realizado la cesárea. Ella dijo que lamentaba haberme metido en esto y que desearía haber hecho una cesárea.”
Por medio de su abogado, la doctora Laxman se puso en contacto con la madre para lamentar profundamente lo ocurrido.
Por Nueva Mujer
