Se acerca el día de la madres y, con él, los reportajes y especiales sobre cómo las mujeres modernas tenemos que ser súper amigas, súper esposas, súper trabajadoras y súper madres. Últimamente, me pregunto si esta noción de que las mujeres tienen que ser supertodo, en realidad no es otra carga social más, injusta e impuesta a nosotras las mujeres.
Este planteamiento que hago, ha sido levantado por importantes mujeres en el mundo político y de negocios. Hace unos años, Anne Marie Slaughter, publicó una columna en la revista The Atlantic, en la que plantea que las mujeres no podemos tenerlo todo en la vida. Me explico: Slaughter ostentaba el cargo de directora de Planificación de Política Pública del Departamento de Estado de Estados Unidos bajo la administración de Obama. En este largo escrito, examina cómo se nos ha vendido la idea de que una mujer con un puesto gerencial que abandona una carrera exitosa por atender a sus hijos o familiares, es vista como un fracaso. Además, ella narra cómo es muy difícil mantener una carrera de alto impacto mientras tienes a tus hijos en casa. En el caso de Slaughter, ella abandonó su puesto en el servicio público y regresó a la cátedra en Princeton University, de esta forma podría estar más en su casa y participar activamente de la crianza de sus hijos. En el escrito detalla varias de las cosas que tienen que cambiar en nuestra sociedad para que las mujeres puedan verdaderamente tenerlo todo.
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No me malinterpreten. Al igual que Slaughter, pienso que las mujeres somos capaces de alcanzarlo todo y ser supertodo.No obstante, no debemos sentirnos obligadas a ello. Ponerles una carga social a las mujeres de ser “exitosas” en todo es injusto porque las estructuras sociales y políticas actuales no lo propician. En Puerto Rico, las mujeres contamos con solo ocho semanas pagas de maternidad provistas por ley. Ya es tiempo de que se extienda este término y que también exista tiempo de paternidad por ley para todos los empleados (no solo los públicos), pues la crianza es trabajo de hombres y mujeres. Por otro lado, las opciones de cuido para los hijos son caras o escasas, por lo que muchas mujeres optan por abandonar sus carreras y asumir la crianza completa. Y ni hablar de las madres solteras —que son muchas— y quienes no tienen otro remedio que trabajar a tiempo completo, criar, buscar a sus hijos al cuido o escuela, cocinar, entre otras tareas–rutina que llevan a cualquiera al borde del agotamiento. Es tiempo de que el Gobierno y la Legislatura empiecen a atender estos temas con seriedad y así fomentar un ambiente de igualdad para las mujeres y, sobre todo, para facilitar la vida de las madres trabajadoras.
Por otro lado, las empresas privadas también deben de re examinar sus políticas. Como Slaughter argumenta, las empresas deben fomentar ambientes que les faciliten la vida a sus empleadas que son madres. Pueden adoptar conceptos como el trabajo remoto o, incluso, abrir centros de cuido en los lugares de trabajo si el trabajo remoto no fuese posible. Estas empresas también podrían extender motu proprio el tiempo de maternidad y paternidad que se les dan a los empleados, aunque no exista legislación para ello.
A mis amigas que son madres y a mi madre, va todo mi reconocimiento y admiración, pues han logrado ser Superwoman y tener éxito en todas sus facetas. Ello, a pesar de que no vivimos en un país con condiciones favorables. Es gracias a mujeres como ellas que se asegura el futuro y la estabilidad de la isla. Sin embargo, ya es tiempo de que se nos facilite el terreno. No tenemos por qué estar guerreando contra viento y marea para alcanzar el éxito en todos los ámbitos de nuestras vidas. Es tiempo de que se reconozcan los retos por los que pasamos y se tome acción. La capa que nos ponemos a diario antes de salir de la casa debe ser una opción y no una obligación.
¡Feliz Día de las Madres!
In Memoriam Aurora Barragán Vázquez 1954-2009