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Lactancia materna: bacterias intestinales de la madre serían clave para determinar la salud de los niños

La "microbiota" es un término desconocido para muchos, pero de vital importancia para el recién nacido y para su futuro. Se obtiene a través de la lactancia

La lactancia materna es un acto que no solo fortalece el vínculo madre e hijo, sino que es una pieza clave para la salud de ese niño o niña que comienza a vivir. La transmisión de la madre al hijo durante este proceso podrá prevenir de enfermedades como la obesidad o la diabetes. Por su enorme capacidad metabólica, se ha considerado a la microbiota como un “órgano” imprescindible para la vida y con influencia en la salud y la enfermedad y puede proteger al menor, no sólo en los primeros meses, sino para toda la vida.

Pero, ¿qué es la microbiota? Es el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, arqueas, virus y parásitos), que conviven simbióticamente con el organismo humano, constituyendo una comunidad. Un término difícil de comprender, pero que define a la microbiota, la llave maestra de la salud nutricional tanto de los adultos, como de los niños.

María Alexandra Texeira, magister en nutrición y dietética y una de las expositoras de la Jornada Internacional de Nutrición Clínica que se realizó a fines de abril en Santiago, explicó que, desde el nacimiento existe una relación simbiótica entre la microbiota y nuestras células que evoluciona en el tiempo, adaptándose a los cambios.

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“Por su enorme capacidad metabólica, se ha considerado a la microbiota como un “órgano” imprescindible para la vida y con influencia en la salud y la enfermedad. Su composición presenta particularidades y características propias de cada individuo, pudiendo variar en función de la base genética, la dieta, y la interacción con el medio ambiente”, asegura la especialista.

¿De qué manera influye en la lactancia materna?

Texeira asegura que tradicionalmente se ha considerado que la leche humana era estéril, aun a pesar de la inexistencia de trabajos científicos que avalaran tal esterilidad. Es así como en los últimos años se ha puesto en evidencia que la leche materna es una fuente de bacterias mutualistas y potencialmente probióticas para el intestino infantil, constituyendo uno de los factores claves en la iniciación y el desarrollo de la microbiota intestinal del neonato y los mecanismos de defensa inmunitaria, y al mismo tiempo proporcionar protección contra microorganismos nocivos.

“Al final de la gestación y durante la lactancia, se ha descrito una elevada tasa de traslocación bacteriana desde el intestino hacia los ganglios linfáticos mesen­téricos primero, y a la glándula mamaria después, lo que podría contribuir a enriquecer la microbiota de la leche con bacterias de origen intestinal. En las muje­res lactantes se han evidenciado bacterias circulan­tes asociadas a células del sistema inmune, tanto en la propia leche como en sangre periférica, además de una gran cantidad de ADN bacteriano libre”, agrega la nutricionista clínica.

Un sistema inmunológico que “despierta” al nacer

Se debe recordar que el feto durante el embarazo es un ser vivo cuyo sistema inmunológico está suprimido para evitar respuestas inmunológicas exageradas autodestructivas durante el embarazo, y que es el estrés del parto el que libera al sistema inmunológico del recién nacido para comenzar a producir sus propias defensas, aunque con ciertas deficiencias.

“La leche materna, juega un papel principal en la formación de la composición de la microbiota neonatal y los mecanismos de defensa inmunitaria, y al mismo tiempo proporciona protección contra microorganismos nocivos”, explica Texeira.

Por su parte Gabriela Tranchino, vocera y miembro de la directiva nacional del Colegio de Nutricionistas de Chile, señala que la leche humana contiene bacterias que son beneficiosas para la salud del bebe. “La madre traspasa a través de la leche materna estas bacterias que protegen al bebe contra un gran número de enfermedades, sobre todo infecciosas, además de fortalecer su sistema inmune. Se ha descrito en los últimos años que la leche materna contiene más de 700 tipo de bacterias en la leche humana, si poder aun reconocer todas las funciones que cumplen en él bebe, siendo las bacterias más presentes en la leche humanas las bacterias del género bifidobacterium y Lactobacillus”.

 Para la madre también es beneficioso, agrega la especialista, puesto que la glándula mamaria de la mujer lactante contiene una microbiota fisiológica propia, dominada por estafilococos, estreptococos y bacterias lácticas. Sin embargo, existen diversos factores que pueden conducir a una mastitis. “Se está estudiando cómo la administración oral de cepas de Lactobacillus aisladas de la leche materna, pueden ser una alternativa o un complemento para el tratamiento de la mastitis, por sobre la opción a la antibioterapia y cómo la administración oral de lactobacilos realmente puede conducir a su presencia en la leche materna”.

Seguro para toda la vida

Con respecto a la protección frente a enfermedades podría decirte que los bebés amamantados tienen un menor riesgo de desarrollar infecciones del tracto respiratorio, dermatitis atópica, asma, obesidad, diabetes tipo 1 y 2, enterocolitis necrosante, gastroenteritis y síndrome de muerte súbita del lactante.

“Sabemos que la microbiota intestinal del lactante se ha asociado con los resultados del neurodesarrollo y puede desempeñar un papel en el desarrollo cerebral temprano”, explicó Tranchino. “Recientemente se ha descrito la existencia del eje cerebro-intestino que conecta el sistema nervio­so central con la microbiota intestinal a través del nervio vago, el sistema parasimpático, los metabo­litos bacterianos que pueden tener acciones como neurotransmisores y el sistema endocrino asociado al tracto digestivo”, agregó.

Además de las enfer­medades que clásicamente se han relacionado con alteraciones en la microbiota como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades inflamatorias del intestino y las alergias, últimamente también se ha relacionado otras patologías del sistema nervioso central como el autismo, la ansiedad, la depresión y la dependencia alcohólica.

Cabe señalar que el intestino del bebe es prácticamente estéril hasta la ruptura del saco amniótico. Por lo que las bacterias a las que este bebe este expuesto en los primeros momentos de su vida estarán estrechamente relacionados en la salud, nutrición y metabolismo de este futuro adulto. “La leche materna provee al niño de bacterias que favorecen el crecimiento y sistema inmune del bebe, entregando protección contra enfermedades a corto, mediano y largo plazo”, agregó la especialista.

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