Ana Gómez estaba viviendo las horas más angustiantes de su vida: su hijo de 3 años estaba desaparecido, hecho por el cual la policía lo buscaba por todos lados en la ciudad argentina de Palpalá.
Sin embargo, según consigna el diario local El Intransigente, la historia tenía un trasfondo aún más horrendo.
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En primera instancia, la mujer denunció a la policía que el pequeño se había soltado de su mano y como por arte de magia había desaparecido. Pero dicha teoría no satisfacía a los agentes. “Algo no estaba bien”, sostuvo un efectivo.
Mientras tanto, la ciudad estaba conmocionada por el hecho. La familia mostraba su preocupación por lo que pasaba y la madre publicaba un emotivo estado en Facebook. “Mis hijos son mi vida, mi mundo, mi todo”, señaló.
Pero cuando debió declarar por segunda vez ante la policía, todo cambió: confesó que mató a su hijo y lanzó su cuerpo al río Jujuy.
Tras el crudo relato, en donde dio prácticamente la coordenada exacta en donde dejó ir por el torrente al pequeño, los oficiales fueron a realizar los peritajes correspondientes con la ayuda del mayor personal de emergencias de la zona. Y así fue que tras horas de búsqueda dieron con el cuerpo del menor a tres kilómetros de dónde lo había abandonado Gómez.
El informe forense sostuvo que el pequeño fue asfixiado y arrojado al río.
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La confesión de la mujer desveló además una serie de denuncias y acusaciones en donde el nombre de Ana está inmerso y que revelan el calvario que existía en la familia de la pequeña víctima: el padre del menor está detenido acusado de violencia de género y a la pareja del abuelo paterno le pesa una acusación de abuso infantil.
Por último, el fiscal Diego Cussel señaló que espera que se cumplan los procesos judiciales pertinentes .