Después de décadas de impunidad, muchos de los depredadores sexuales que han campado a sus anchas por los pasillos de Hollywood están empezando a caer y a tener que lidiar no sólo con la justicia, sino con una sociedad que ya los ha desenmascarado.
A la hora de defenderse, estos canallas que abusaron de tantos jóvenes alegan de entre la más variopinta lista de excusas vacías e irrelevantes para salvar su propio trasero.
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Una de las excusas más utilizadas estos días para intentar disculpar sus actos criminales es el de la carta de la adicción al sexo. Como si de una poderosa droga que les nubla la mente se tratara, estos hombres abusadores han creído que la adicción al sexo es disculpa suficiente como para justificar sus actos de depredadores sexuales.
Pues bien, psicólogos de todo el mundo nos advierten de las mentiras de estos acosadores. La adicción al sexo nunca nos obiga a abusar de otras personas. De hecho, el único perjudicado de una adicción sexual es aquel que la sufre, pues aunque tenga problemas para regular sus pasiones nunca obligará a otra persona a practicarlas.
La adicción al sexo no es un problema moral, es un problema físico relativo a desórdenes en los neurotrasmisores de nuestro cerebro como el que regula la dopamina. Cuando este problema se une a otros de carácter psicológico como nuestra inseguridad o la manera que tenemos de relacionarnos con los demás, puede aparecer una adicción al sexo.
Y aunque les cuesta controlar sus impulsos nunca se imponen a otro ser humano para encontrar su placer.
Según un estudio publicado por la revista National Council of Sexual Addiction en Estados Unidos, un 40% de los pacientes adictos al sexo pierden su pareja, un 72% tienen ideas suicidas, un 17% intentó quitarse la vida, un 27% tiene problemas laborales, un 68% tiene probabilidades de contraer VIH, un 40% tiene embarazos no deseados y un 36% aborta.
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Así pues, ¿cómo podemos reconocer una adicción al sexo? Según los especialistas existen cinco indicadores importantes:
1- Pensamientos sexuales constantes. Como buena adicción, el sexo nunca escapa de nuestra cabeza.
2- Necesidad del contacto sexual. Ya que la masturbación es sólo un parche para salir del paso, el adicto recurre en muchas ocasiones a cualquier sexo de pago de carácter inmediato o a hacer maratones insanos de pornografía en internet.
3- Destrucción de las relaciones personales. Especialmente con aquellas personas con las que tengan relaciones sentimentales.
4- Sentimientos de culpa y represión. La adicción no llega a traerles el placer buscado y los sentimientos negativos les inundan.
5- Abstinencia sexual voluntaria. Muchos, una vez reconocido el problema, intentan cortar por lo sano evitando el sexo a cualquier costa, cuando su práctica no tiene nada de malo. Es la adicción lo que nos perjudicará.
Los expertos señalan una sola solución para la adicción al sexo: terapia. Cada persona tendrá que ser abordada de una forma distinta pero toda recuperación pasa por un diván.
Ponerse en manos de profesionales es necesario para volver a disfrutar del sexo.