Muchas personas antes de morir dejan peticiones a sus seres queridos, por eso a un acongojado esposo no le extrañó que su mujer le pidiera que mantuviera en buen estado sus plantas regándolas regularmente.
Durante cuatro años, el sujeto cumplió religiosamente con los helechos que le habían dejado a cargo, pero cuando se cambió de casa se dio cuenta de que había sido engañado.
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Las plantas de su esposa eran en realidad artificiales y la verdad es que no podía creer que no se hubiera dado cuenta.
La historia la compartió en Twitter Antonia Nicol, la hija de la pareja y pronto se viralizó, sumando casi 90 mil me gusta y 28 retuits.
“Puedo escuchar a mi madre riendo entre dientes”, escribió la mujer luego de contar toda la historia.
Antonia contó que su papá “amó tanto la historia que volvió a regar los helechos”.
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“Honestamente, todos estábamos muy orgullosos de que mi padre estuviera tan dedicado a cuidar sus plantas. Ella fue muy graciosa”, sentenció.