“No tomo nunca más”. Esa frase tan repetida entre los adultos tras una noche de juerga es lo que debe haber dicho, bueno, eso es lo que creemos, una niña en Inglaterra que a los cuatro años tuvo su primera resaca.
Hace unos días, Mark Thomas llegó junto a su hija Evelyn y a su prometida al restaurante Frankie y Benny’s y como de costumbre la niña pidió un jugo de frutas.
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En pocos minutos la camarera llegó con el pedido y la pequeña de un sorbo se tomó un tercio de de la bebida. Tras ello dejó el vaso en la mesa y dijo que no le había gustado, señala Metro.
El papá no entendía el rechazo de su hija y le pidió que se lo tomara, pero la niña sólo bebió un poco más.
Poco tiempo después, la camarera llegó corriendo a la mesa y casi con lágrimas en los ojos les dijo que se “habían equivocado” y en vez de darle un inocente jugo a su hija le habían servido un cóctel hecho con vodka, aguardiente de durazno, jugo de naranja y arándanos.
El padre casi no creyó lo que le estaban diciendo y confesó que no supo cómo reaccionar ante la situación.
Al poco rato Evelyn comenzó a bailar arriba de una silla y le pidió a la novia de su papá que la llevara al baño.
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En el sanitario, la pequeña se miraba al espejo, contaba chistes, se reía de nada y además no era capaz de caminar en línea recta.
En el camino a casa la pareja llamó a un teléfono de emergencia y ahí les dijeron que la llevaran a un centro asistencial. Le hicieron pruebas y afortunadamente descartaron cualquier problema. Eso sí, les dijeron que en la mañana la niña estaría con la caña.
Y así fue, al despertarse, Evelyn tenía un terrible dolor de cabeza y se quedó en casa tomando mucho líquido.
La historia, eso sí, terminó en un enojo para la familia, ya que la cadena de comida al saber lo que había ocurrido sólo se disculpó con un “lo lamentamos” y les ofreció un cupón para comer gratis.
Mark dijo que lo que quieren es que esto no vuelva a suceder y esperan que de ahora en adelante se les dé un mejor entrenamiento a las camareras.