HONOLULU — Luego de ocho meses de vida aislada en un remoto volcán de Hawaii, los seis participantes en un experimento respaldado por la NASA saldrán el domingo de su simulacro de hábitat marciano para regresar a la civilización.
Lo primero después de subsistir con una dieta de alimentos congelados y enlatados será un banquete de fruta y verdura fresca y unos huevos revueltos con diversos ingredientes, preparados por el científico jefe del proyecto.
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Desde enero, los cuatro hombres y dos mujeres vivieron aislados en una vasta llanura al pie del volcán activo más grande del mundo. Todas sus comunicaciones con el mundo exterior tenían una demora de 20 minutos, el tiempo que tarda una señal para recorrer la distancia entre la Tierra y Marte.
El estudio busca conocer las consecuencias psicológicas para los astronautas de una misión tan prolongada al espacio. Los datos reunidos ayudarán a la NASA a seleccionar los tripulantes que posean ciertas características y tengan mayores probabilidades de salir bien de una expedición de dos a tres años a Marte de regreso.
La agencia espacial espera enviar seres humanos al planta rojo para la década de 2030.
El equipo vestía trajes con sensores diseñados especialmente para juzgar sus estados de ánimo y relación con otros en la cúpula de 111 metros cuadrados (1.200 pies cuadrados) donde convivieron.
Los artefactos monitorearon sus niveles de voz y eran capaces de percibir si evitaban el contacto mutuo. También detectaban si se encontraban juntos o si discutían.
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Los tripulantes participaban de juegos para medir su compatibilidad y niveles de estrés. Cuando se sentían abrumados por la proximidad, podían utilizar artefactos de realidad virtual para “escapar” a playas tropicales o lugares conocidos.
La profesora de la Universidad de Hawai Kim Binsted, investigadora jefa del proyecto, dijo que los tripulantes describían sus sentimientos en cuadernos de bitácora.
“Esta es nuestra quinta misión y hemos aprendido mucho en las cinco misiones. Para empezar, hemos aprendido que el conflicto es inevitable, incluso en los mejores equipos”, dijo Binsted. “Por eso lo más importante es tener una tripulación resistente, tanto individualmente como en grupo, capaz de afrontar el conflicto y recuperarse”.
El proyecto es el quinto de una serie de seis estudios financiados por la NASA en una instalación de la Universidad de Hawai llamada Exploración Espacial Análoga y Simulación (HI-SEAS por sus siglas en inglés).
“Las misiones anteriores, de cuatro, ocho y 12 meses, fueron para estudiar la cohesión y rendimiento de la tripulación”, dijo Binsted. “En esta misión y en lo sucesivo estudiaremos la selección y composición de la tripulación”.