La Facultad de Ciencias Naturales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (RRP-UPR) logrará establecer el primer Centro de Nanotecnología Ambiental con la concesión de $5 millones en una asignación de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NSF, siglas en inglés).
Bajo el Programa CREST (Centro de Excelencia en Investigacion en Ciencia y Tecnología) la propuesta tendrá vigencia de 5 años, y trabajará una modalidad que combinará el peritaje de varios científicos, quienes aplicarán la tecnología nano a problemas del medioambiente. La investigación se llevará a cabo en la Facultad de Ciencias Naturales y en el Centro de Investigaciones en Ciencias Moleculares.
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“Estamos muy contentos, es una gran oportunidad, y es una tecnología nueva que integra a gente que nunca ha estado en el área ambiental, y, viceversa, gente que nunca ha estado en el área de la nanotecnología. Así que es un área que esperamos que produzca mucha tecnología innovadora”, declaró el investigador principal y director de la propuesta, Carlos Raúl Cabrera Martínez.
Según narra el también químico y catedrático en la Facultad de Ciencias Naturales del recinto riopedrense, el Centro de Nanotecnología Ambiental surge gracias a la investigación doctoral de Keyla Teresa Soto Hidalgo, quien fuera su estudiante graduada recientemente, y en la actualidad trabaja como maestra de ciencias en la Escuela Superior de la UPR.
“Yo me enfoco más en la nanotecnología, y gracias a esta estudiante pude conocer a la profesora Elvira Cuevas. De ahí surgió la idea de combinar ambos conceptos, las ciencias ambientales y la nanotecnología”, explicó el profesor. A través de esa interacción, surge el interés de tratar de buscar fondos para crear el proyecto que aplicaría la nanotecnología a problemas ambientales.
Gracias a Cuevas, el centro tendrá una colaboración estrecha con el Corredor del Yaguazo en Cataño, liderada por Pedro Carrión, Gloria Ortiz y Michael Fernández, donde se aplicaría la nanotecnología desarrollada en el Centro de Nanotecnología Ambiental. El corredor es una organización comunitaria que trabaja en el desarrollo de proyectos educativos y de investigación para conservar la Reserva Natural Ciénaga Las Cucharillas.
Este proyecto también incorpora la iniciativa Investigador Ciudadano, que trata de integrar a la comunidad a los proyectos que se desarrollan. De igual forma, tendrá un componente educativo que incluye 13 becas para estudios graduados en Ciencias Ambientales, Física o Química, así como 13 becas subgraduadas, y un programa de verano llamado Envi-Nano Summer Camp, para estudiantes y maestros de escuelas públicas que empezará en el verano de 2018.
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El profesor detalló que los fondos fueron establecidos por una solicitud sometida a la Fundación Nacional de Ciencias. “Todo esto fue un proceso; primero escribimos una prepropuesta en junio pasado, en donde competimos con sobre 30 instituciones. De esas, seleccionaron 18 para someter propuesta completa, y clasificamos”, informó Cabrera Martínez. Luego de este riguroso proceso, los investigadores deciden realizar la propuesta final, que la envían en febrero. Sólo 6 fueron seleccionadas. La notificación de la selección surgió hace unos días.
El Centro de Nanotecnología Ambiental lo constituirán 14 profesores, cuyo investigador principal y director será Carlos Raúl Cabrera Martínez. Los co-investigadores serán los doctores Elvira Cuevas, Liz Díaz Vázquez y Luis Fonseca, quienes pertenecen a los departamentos de Ciencias Ambientales, Química y Física, respectivamente. Asimismo contribuirán otros tres científicos, a saber, el Dr. Rubén Díaz-Rivera (UPR-Mayagüez), el Dr. Wilfredo Otaño (UPR-Cayey), y también la Dra. Ileana González-González, de la Universidad del Turabo. Y se espera, además, contar con la colaboración de estudiantes, quienes recibirán ayuda económica para sus estudios científicos.
El centro contará con varias áreas de investigación importantes, entre las cuales se destacan, la utilización de la nanotecnología para remediar áreas contaminadas como suelo y agua; el desarrollo de sensores, que trabajan en áreas húmedas para detectar los compuestos químicos que hay en el ambiente; la energía renovable, utilizando compuestos químicos o combustibles que se generan en áreas donde hay mucha contaminación como, por ejemplo, metano y amoniaco. Por último, también se trabaja con microrganismos para producir energía como purificador de agua.
“Estamos sumamente contentos, yo todavía no lo puedo creer. Esto abre las puertas de investigaciones innovadoras que se pueden convertir en patentes y que se pueda llevar a su comercialización”. El doctor explicó que se han establecido relaciones con la Escuela Graduada de Administración de Empresas, específicamente con el Dr. Javier Rodríguez, con el propósito de aprender -a través de talleres-, acerca de la creación de empresas propias y la comercialización. Recalcó que el área de patentes y comercialización de la tecnología le hace falta al recinto y a la UPR para crear fondos adicionales. “Así que estamos en el momento preciso para echar la Universidad de Puerto Rico para adelante”, dijo.