Las hacemos, luego no las cumplimos. Las resoluciones de Año Nuevo se vienen abajo en enero, como los arbolitos de Navidad. Los genes van en nuestra contra, y el metabolismo también. Pero un investigador ha hecho una serie de pruebas que podrían llevar al éxito. Su consejo: Dejarlo en piloto automático. Hacer cambios pequeños en la cocina, en el mercado y en los restaurantes para que te ayudes a tomar buenas decisiones sin pensar. “Por más que nosotros queramos pensar que somos dueños absolutos de las decisiones que tomamos sobre nuestra alimentación, eso no es cierto para la mayoría de nosotros”, dijo el investigador Brian Wansink. “Somos influidos por las cosas alrededor nuestro – el tamaño del plato, lo que otros hacen, la iluminación en el lugar”. Wansink dirige el Laboratorio de Alimentos y Marcas en la Universidad Cornell, ha escrito libros sobre alimentación sana, y ha contado con fondos de la industria y del gobierno. Algunos consejos son trucos, y otros no podrían funcionar tan bien para uno como funcionaron en las pruebas. Pero estos “tienen mucho sentido” y muchos están respaldados por otros estudios, dijo un experto independiente, el doctor William Yancy, especialista en peso en el centro para dietas y buen estado físico en la Universidad Duke. Para comenzar: Ponte metas específicas, que puedes medir, lograr, son relevantes y puedes lograr a tiempo, dijo Yancy. En vez de decidir que vas a comer bien, planea cómo hacerlo. Por ejemplo, decide comer chips una o dos veces a la semana en vez de todos los días. En vez de promesas vagas para ponerte en forma, decide caminar media hora una vez al día después de la cena. Otros consejos derivados de Wansink y las investigaciones son: EN LA COCINA Arregla la despensa de comida, pon los productos saludables enfrente para que los tengas a la vista. Uno es tres veces más propenso a comer lo primero que ve. Arregle su cocina antes de comer. Mujeres a las que se les pidió que esperaran en una cocina desarreglada comieron el doble de galletas que mujeres en la misma cocina cuando estuvo organizada. Organice el refrigerador. Aunque reduzca la vida de los productos, saque las frutas y verduras de los cajones y póngalos a la vista. Guarde los alimentos en plásticos o envases transparentes y los menos saludables, como sobras de pizza, en papel de aluminio.
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