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“Me siento cien por ciento completa. Se trata de demostrar mi posición en la industria y hablar a favor de la igualdad de derechos y obtener el respeto en la industria de la moda para las modelos trans, ya que no existe en este momento”, afirma cortésmente Andreja Pejic.
Es una declaración férrea de la misión social que tradicionalmente no se espera oír de una modelo. Sin embargo, no hay nada típico acerca de Andreja Pejic.
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Su pelo rubio platinado, labios carnosos, tez luminosa y pómulos altos ejemplifican y superan la lista de atributos para modelos, pero es el hecho de que ella recientemente se realizó una cirugía de reasignación de sexo (SRS) de hombre a mujer y ha hablado acerca de ello, lo que hace que Pejic sea verdaderamente única entre sus compañeros.
“Tengo un nivel de responsabilidad social, y esa es una de las razones para salir y hacer frente a todo lo que va a venir después”, explica.
Es una decisión muy valiente de tomar teniendo en cuenta que todavía hay un alto nivel de antipatía dirigido a la comunidad trans, por no mencionar el efecto que puede tener en las relaciones personales, algo que Pejic llama la transición social.
Luego está la cuestión de su muy exitosa carrera como modelo masculino andrógino para las casas de moda como Jean Paul Gaultier y Marc Jacobs.
Sus agentes advirtieron que la transición podría destruir su carrera. Eso, sin embargo, no puso a tambalear la decisión de Pejic. “Estoy muy orgullosa de mi carrera como modelo andrógino, pero llegué a un punto en el que necesitaba completar mi sueño y sentirme cómoda en mi cuerpo. No había manera de que yo escondiera esto”, afirma con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos.
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Esas son las palabras francas de una chica que de niño tuvo que lidiar con el estrés emocional diario de “la lucha contra todo lo que viene de forma natural las 24 horas del día, los siete días de la semana”.
A los 13 años, Pejic, cuya familia se trasladó desde los Balcanes hasta Australia, buscaba en Internet para averiguar por qué la llamada “fase pasajera” de llevar faldas y querer el pelo largo no se iba. A los 14 años, incluso fue a un médico, quien explicó que ella era demasiado joven para comenzar el proceso de transición.
Por el momento, Pejic se vio obligada a huir de la realidad y a la ocasional burla infantil de “marica” a través de su imaginación: “Yo soñaba con ir a las tiendas con mi mamá o salir con el chico más guapo de la escuelas, cosas que en realidad eran mundanas, pero para mí eran los más grandes sueños”.
Pejic dice que ella tuvo “la suerte de tener una intervención temprana” tanto de profesionales como de una madre comprensiva, pero admite que si este no hubiese sido el caso, ella, como muchos de la comunidad trans, podría haber sufrido de la depresión y del suicidio.
De hecho, es un grupo de la sociedad que a menudo sufre en silencio debido a la ignorancia y la desconfianza social. “No creo que estemos en un nivel en el que los medios de comunicación entiendan por completo: tienen que centrarse más en los aspectos emocionales de la transición en lugar de la física. Por lo menos ahora las personas transgénero pueden hablar de vuelta a los medios, lo que antes se les había negado”.
La modelo de 23 años de edad continúa: “Debes percibir a las personas como ellos dicen que son y se sienten, en lugar de juzgarlos por su cuerpo. No miramos hacia abajo en nuestros cuerpos para determinar quiénes somos”.
El sentimiento de incomprensión entre el público también penetra en el mundo de la moda. Es una institución que ha tardado en aceptar la diversidad, en cualquier sentido de la palabra. “El problema es que es muy conservadora, impulsada por el mercado y hay discriminación también”, dice la modelo.
Moda, o más específicamente, su lado comercial, tales como cosméticos no están dispuestos a asumir el riesgo percibido de poner una modelo trans al frente de una potencial campaña de miles de millones de dólares.
Pero hay señales de que ahora la industria está empezando a despertar al espectro transgénero con el auge de la musa Givenchy Lea T, mientras que May Simon y Stav Strashko están haciendo las rondas en las semanas de la moda en curso. “Creo que la sociedad está lista, pero la moda se tiene que poner en ello; está sucediendo”, argumenta Pejic.
Son las palabras de una activista que está extendiendo la conciencia a través de un libro autobiográfico, que será publicado a través de Penguin en Australia a principios del año próximo, y un documental de su cirugía de reasignación de sexo.
Aunque Pejic al principio no estuvo segura de filmar su transición, su amigo el cineasta Eric Miclette la animó, diciendo: “Es necesario capturar esto. Lo lamentarás si no lo haces. Es una historia única y puede ayudar a mucha gente joven”. La película, titulada Andrej(a), está tratando de recaudar $200,000 en Kickstarter, plataforma de crowdsourcing.
Pejic está orgullosa de lo que ha logrado hasta la fecha y es entusiasta en subrayar que el SRS es parte de “una evolución y no una transformación”. Es un proceso que ella ahora siente está completo.“Me siento cien por ciento segura”, dice.
Sobre el tema de que si su vida amorosa es mejor como una niña, ella se ríe tímidamente. “Estoy sola en este momento, pero es definitivamente más divertido cuando estás cómoda contigo misma”. Pejic añade: “He estado fuera de la escena de citas por un tiempo, pero estoy abierta al amor. Yo solía pensar que el amor no era algo que merecía, pero ahora tengo el orgullo suficiente para decir que es exactamente lo que me merezco”.
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