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Jason Bateman: “Disfruto siendo el tipo que conduce al público”

El actor estadounidense habló con Metro sobre la nueva temporada de la serie de televisión de drama criminal creada por Bill Dubuque y Mark Williams para Netflix.

Jason Bateman Cortesía

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Ozark es una serie de Netflix en la que Jason Bateman interpreta a Marty Bird, un hombre de familia que blanquea dinero para un importante cártel de la droga mexicano. Su cuarta y última temporada estrenó el 21 de enero y los episodios estrenarán a lo largo de 2022. Metro charló con el actor de 53 años para quien este personaje implica grandes retos.

Parece que Ozark está entre los mundos del drama intenso y la comedia oscura.

– Me gustan estos personajes que están en el medio, puedes pasar de la comedia al drama, del protagonista al antagonista. Me gusta ser el tipo que conduce al público como un paseo, sea cual sea la historia. Marty no es alguien extremo aunque la situación lo sea.

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¿Fue un reto conseguir el tono sombrío?

– Fue un reto mayor que otros trabajos, quizás más obvios y sencillos, pero esa fue la razón por la que me embarqué en este proyecto. Para dirigirlo, actuarlo y producirlo, para crear este tono y estado de ánimo, tuve que tener una buena comunicación con todos los implicados. No elegimos un ambiente fácil, pero lo que es más turbio y complicado a nivel emocional, finalmente te da más satisfacción. Es un viaje profundo.

¿Qué dice la serie sobre la relación de los estadounidenses con el dinero?

– No expresa nada diferente de lo que es en otras partes del mundo. La forma en que los estadounidenses tratan el dinero forma parte de la sociedad capitalista en la que vivimos. Hay una fascinación por este tema, lo que lleva a hacer cosas cuestionables. En el caso de Ozark, esta familia se ve obligada a cambiar su estilo de vida, con millones de por medio, mientras lidia con un cártel para hacer más y más dinero. Nada es gratis, dice el refrán. En definitiva, esta es la historia de una familia a la que le gustaría volver a esa zona más segura y predecible de antes de tener esa cantidad de dinero.

Está desarrollando una carrera de productor ejecutivo, director, dando forma al contenido además de interpretarlo. ¿Se ve haciendo más trabajo entre bastidores que actuando delante de la cámara?

(Jackson Davis/Netflix)

– Bueno, me siento muy afortunado de que me den algunas oportunidades para intentar ver si he asimilado lo que he intentado aprender durante todos estos años. Ese puesto de director y, en televisión, de productor ejecutivo, donde estás en esa posición de supervisión. Y estoy aprendiendo. Y realmente estoy apreciando estas oportunidades con el material y los actores y el apoyo del estudio y la cadena de televisión que he tenido la suerte de conseguir.

Entonces, ¿no está eligiendo entre actuar y dirigir?

– No, me gusta mucho actuar. Pero ahora mismo estoy disfrutando del reto de la dirección mucho más por su mayor alcance; ese tipo de 360 cosas con las que tienes que lidiar en contraposición a un canal único como actor, sin menospreciar eso en absoluto. Es igualmente difícil, pero me gusta actuar en las cosas que dirijo solo porque hace las cosas un poco más fáciles porque no tengo que dirigir eso.

Lleva más de treinta años trabajando en Hollywood. Y su primer papel fue en La pequeña casa de la pradera. ¿Cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido en estos años?

– Me lo dio Katherine Hepburn cuando aun era una niña. Trabajé con ella en una película para televisión y no me sabía bien mis líneas, exageraba mis movimientos y se acercó a mí y me dijo: “mira, si vas a exagerar, deja esta profesión porque nadie quiere ver a un actor así”. Nunca he olvidado esa frase. Desde entonces me aprendo perfectamente mis líneas, las ensayo pero no exagero. Siempre trato de encontrar el tono adecuado. Lo que me dijo, en lugar de desanimarme, me ayudó a mejorar mi profesión.

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Su padre era director, guionista y productor. ¿Influyó en su decisión de convertirse en actor?

– En lugar de jugar al fútbol con nosotros, nos llevaba al cine a ver películas. Desde que tenía tres años quería impresionar a mi padre, así que un día, cuando tenía diez años, me apunté a una prueba para La casa de la pradera y conseguí el papel, luego vinieron Silver Spoons y Enredos de familia. La suerte se cruzó con mi deseo de impresionar a mi padre.

Dicen en Hollywood que no es fácil saltar de ser un niño a ser un actor adulto.

– Esa transición es muy difícil. En mis veinte años, me distraje mucho con las fiestas y todo lo que se encuentra en ellas. Pero en comparación con otros actores, la mía fue una transición fácil porque seguí trabajando constantemente. Actuar es un trabajo muy duro. Es muy difícil vivir de esta profesión, teniendo en cuenta que sólo el 5 % de los actores trabajan. Es la única carrera en la que la ambición y la ética van en contra de ti porque acaban llevándote a la desesperación. En otros trabajos, si te quedas hasta tarde impresionas al jefe y consigues un aumento. En nuestro negocio, si muestras necesidad te tienen miedo. Es muy raro, todo es imprevisible, pero al mismo tiempo nunca te aburres. Desde luego, no se lo recomiendo a nadie.

¿Qué tipo de personajes le gusta interpretar?

– Los personajes que suelo interpretar son una especie de foco central para el público… Tengo una especie de mano en el volante detrás de la cámara y otra mano en el volante delante, así que son dos pares de ojos que absorben y procesan parte de la información más complicada que me atrae desde el punto de vista del guión, del tono.

¿Cuál ha sido la mejor oportunidad de su carrera?

– Definitivamente, la serie Arrested Development. Ha sido el trabajo más importante que he tenido y también mi favorito. Profesionalmente, cambió por completo el rumbo de mi carrera. Es un regalo de Dios.

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